Birmania: En el sufrimiento hay esperanza

Entrevista al obispo Joseph P. Visitnondachai, de Nakhon Sawan en Tailandia

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RANGÚN, domingo 11 diciembre 2011 (ZENIT.org).-Myanmar/Birmania se está abriendo. En un avance significativo, Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, visitó Birmania y el país fue elegido para acoger el campeonato de fútbol de la ASEAN de 2014. Hay futuro para el país. El cardenal Renato Raffaelle Martino, enviado papal, lo visitó para celebrar el centenario de la catedral de Rangún, la capital.

Es uno de los países en los que hay más persecución contra los cristianos. Son menos del 1% de la población total, y la mayoría viven entre tribus étnicas, en la frontera entre este país y Tailandia. La violencia del gobierno y su persecución contra estas tribus obligó a la mayoría a cruzar la frontera hacia Tailandia.

El gobierno tailandés, la Iglesia católica y otras ONG mantienen campos de refugiados para ofrecerles educación, estabilidad y comida. Monseñor Joseph Pibul Visitnondachai, obispo de Nakhon Sawan en Tailandia, lleva más de veinte años trabajando con los refugiados. En esta entrevista habla sobre la situación de los refugiados birmanos en Tailandia.

Nos gustaría conocer la situación de los católicos y refugiados para tener una visión general. ¿Qué trabajo realiza?

–Joseph P. Visitnondachai: Mi trabajo es con los refugiados. Cuando recibíamos refugiados de Indochina, Laos, Camboya y Vietnam en Tailandia, hace unos treinta años, la Conferencia Episcopal de Tailandia creó una agencia de apoyo a los refugiados. El papa Juan Pablo II visitó nuestros campos y también hizo un llamamiento a todo el mundo para que se diera apoyo a los refugiados. Después de la repatriación de los vietnamitas ahora estamos ayudando a los birmanos. De esto hace ahora veinte años.

¿Usted ha trabajado durante veinte años en esta zona a lo largo de la frontera?

–Joseph P. Visitnondachai: Sí, y en esta zona también tenemos otra sección que trabaja con los trabajadores emigrantes que se pueden mover más libremente y que son más numerosos que los refugiados. Así que tenemos dos secciones: refugiados e inmigrantes.

Usted mencionó la situación de los camboyanos; los refugiados parece que han vuelto a su país. Ahora el foco es Myanmar/Birmania. ¿Cuántos refugiados llegan a los campos fronterizos desde Birmania?

–Joseph P. Visitnondachai: Tenemos un total de 140.000. En la actualidad unos 20.000 se van a América pero cuando los envías a un tercer país los que llegan nuevos también esperan que se les envíe a otro sitio. Así que realmente no son refugiados.

¿De qué tipo son? ¿Hablamos de intelectuales o pobres? ¿Quién entra desde el lado birmano?

–Joseph P. Visitnondachai: Los problemas están en las fronteras, la lucha…

…entre el gobierno y las tribus étnicas; los karen, los shan…?

–Joseph P. Visitnondachai: Sí, los karen y los shan.

…pero también tratan con los intelectuales que cruzan la frontera?

–Joseph P. Visitnondachai: Hay de todos los tipos, muchos de ellos son granjeros; pertenecen a las tribus de las montañas. Aunque también sucede que la gente viene aquí porque se da una buena educación y se ofrece comida, así que la gente quiere entrar en los campos.

¿Puede contarnos brevemente lo que está sucediendo en esas regiones fronterizas? ¿Por qué hay problemas entre el gobierno y los grupos étnicos?

–Joseph P. Visitnondachai: Estas personas son las víctimas del fuego cruzado cuando se producen conflictos entre estos países. Ellos se convierten en los peones de los enfrentamientos.

¿Pretenden la autonomía?

–Joseph P. Visitnondachai: Esto es cierto y también hay otras tribus que no quieren estar bajo el poder birmano. Esta es la razón de la lucha.

El problema es que muchos son cristianos porque los misioneros los evangelizaron. ¿Que papel juega el elemento religioso en esta cuestión?

–Joseph P. Visitnondachai: Es cierto y correcto, muchos de ellos son católicos o protestantes. Actualmente los sacerdotes y pastores están trabajando duramente para ofrecer a los refugiados educación y apoyos externos. Debido a esto, los refugiados aprenden, entienden y aceptan su destino en una forma en la que también entienden su fe.

Mencionó a Juan Pablo II. Vino y llamó la atención sobre los campos y dijo una cosa que me gustaría leer: “Myanmar es una tierra donde la Iglesia en sus primeros años conoció el martirio y todavía vive cerca de la cruz de nuestro Salvador”. ¿Cómo describiría la vida de los cristianos en Birmania?

–Joseph P. Visitnondachai: En primer lugar, si eres católico en Birmania significa no ser promovido al gobierno. Segundo, si quieres construir una iglesia lo tienes difícil. Si quieres celebrar un evento litúrgico, tienes que pedir permiso. Si quieres traer libros o folletos, necesitas pedir permiso. Si un sacerdote quiere viajar de un pueblo a otro, es controlado, de manera que los movimientos de los católicos están limitados o restringidos.

¿Qué esperan los refugiados que entran en el campamento? ¿Cómo se les da la bienvenida?

–Joseph P. Visitnondachai: Hay muchas partes implicadas, el gobierno thai, la ONU de Asia y muchas ONG que están trabajando allí, y cada una tiene su responsabilidad particular.

¿Qué es lo que se proporciona en los campos?

–Joseph P. Visitnondachai: Las organizaciones católicas se dirigen específicamente a la gente más débil: los mayores, los huérfanos y los discapacitados. Tenemos más de veinte mil personas a nuestro cuidado. También promovemos la agricultura sostenible en los campos porque las raciones que se entregan son de alimentos secos, no hay verduras frescas ni saneamiento. Así que hay tres o cuatro áreas de las que somos responsables.

Muchos han sido expulsados de su patria por los combates. ¿Pueden perdonar?

–Joseph P. Visitnondachai: Creo que el tiempo calmará el odio y la ira. Ahora hay una nueva generación que no conoce el pasado y las raíces han perdido su fuerza.

Tras veinte años trabajando en estos campos, parece que no hay solución a la vista. ¿No ha perdido la esperanza?

–Joseph P. Visitnondachai: El sufrimiento trae la tolerancia, la tolerancia trae paciencia y cuando tienes paciencia tienes esperanza y Jesús dijo: “Si quieres ser mi discípulo tienes que sufrir, tienes que llevar la cruz”. La cruz no es el final sino el principio de la Resurrección. Así que es un buen momento para los refugiados. Seguro que quieren volver a casa, pero al mismo tiempo se les están ofreciendo hay muchas cosas buenas.

<p>¿Ha vivido una historia personal, una situación que le haya afectado después de sus años de experiencia realizando este trabajo con los refugiados?

–Joseph P. Visitnondachai: Cuando los visito y celebro la misa con ellos, sus voces cantan de forma distinta a la nuestra porque es la voz de las personas que viven en la miseria. Cantan desde el corazón y esto nos afecta a todos. Cuando los visitamos, muchos acuden a nosotros porque les llevamos esperanza, no importa lo pequeña que sea.

Hay dos millones de inmigrantes y refugiados trabajando y viviendo en Tailandia. ¿No se cansan los habitantes de Tailandia de dar siempre?

–Joseph P. Visitnondachai: No puedo decir que todo el pueblo sea altruista. Algunos los odian. Antes que nada, no son enfermos. Son inteligentes y trabajadores comparados con los tailandeses.

¿Trabajan duro?

–Joseph P. Visitnondachai: Sí, eso creo. Por eso los tailandeses les dan empleo.

En su opinión, ¿las sanciones internacionales son una herramienta positiva o al final los perjudicados son los
pobres?

–Joseph P. Visitnondachai: Creo que siempre habrá malentendidos entre culturas diferentes. Europa y los europeos piensan en sí mismos como superiores o superpoderosos y en los demás como inferiores. Así que los europeos tienen la idea de colonizar, de sancionar y de aplastar a la gente. Los asiáticos son diferentes. Nosotros también somos inteligentes pero tenemos en el corazón la simpatía, la comprensión y el respeto por los demás. Esta es una cualidad asiática. Europa cree que puede aplastar a los birmanos pero China, India y otros países se están implicando. Tenemos el corazón y el amor. A pesar de que sufrimos, sufrimos juntos. Europa quiere usar la estrategia y la acción rápida; queréis terminar con el problema. Pero nunca terminará. Europa perdió Indochina, perdió en Irak y en muchos países porque tenéis el poder pero la gente pobre tiene el corazón y creo que el corazón es más poderoso.

¿Qué espera de su trabajo? ¿Cuál es su esperanza para el futuro de Birmania y las relaciones entre este país y Tailandia?

–Joseph P. Visitnondachai: Creo que la gente sufre y que esto se entiende, especialmente lo entienden los católicos. La miseria ha unido a los creyentes y les permite ayudarse unos a otros. Así que creo que es en esta miseria donde está la esperanza. Donde hay sufrimiento hay amor. Jesucristo se esconde allí y Él está uniendo a la gente. Hay mucho sufrimiento en Asia, en el sufrimiento hay esperanza y vemos como cada vez estamos más cerca unos de otros y también de Dios y de Jesús.

[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]

Esta entrevista ha sido realizada por Mark Riedemann para Where God Weeps, un programa semanal de Radio y TV producido por Catholic Radio & Television Network, en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Para más información en la red: www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org.

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ZENIT Staff

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