Bolivia: Los obispos esperan que no haya fraude ni coacción en las elecciones

Mensaje final y renovación de cargos tras la Asamblea Plenaria Episcopal

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COCHABAMBA, jueves, 26 noviembre 2009 (ZENIT.org).- Con el título “Caminemos en la esperanza”, los obispos de Bolivia, al término este miércoles de su Asamblea Plenaria en Cochabamba, emitieron un mensaje en el que expresan su esperanza de que no haya fraude ni coacción en las próximas elecciones. La Conferencia Episcopal ha renovado también sus cargos con la reelección del cardenal Julio Terrazas como presidente.

Los obispos inician su mensaje sintiéndose “profundamente solidarios con todos los que sufren y pasan momentos de dolor a causa de enfermedades, accidentes, particularmente a causa de las sequías en muchos lugares de nuestro país”.

Aluden a las próximas elecciones generales del 6 de diciembre esperando que sean “una fiesta democrática” y reiteran “la oportunidad que representa este proceso para la democracia de nuestro país”.

Recordando su último mensaje “Por una campaña electoral democrática y pacífica” (septiembre 2009), hacen una llamada a una “responsable y personal participación ciudadana, en el proceso de la construcción de nuestro país, sin imposiciones sino respetando la libertad de los votantes”.

“Construcción con horizontes de paz, justicia y convivencia fraterna que son las características del bien común. Al mismo tiempo,  recordamos a todos los ciudadanos que, con espíritu crítico y constructivo, analicen detenidamente las diversas propuestas
programáticas que los actores políticos proponen, así como la idoneidad y las capacidades de estos candidatos, para definir su voto”, añaden.

A los candidatos les exhortan “a sentirse representantes de todo el pueblo boliviano, de manera especial de los más pobres y desprotegidos y no solo de una tienda política; a ser verdaderos servidores públicos en la búsqueda de soluciones que garanticen la institucionalidad y la democracia por el camino del diálogo, el consenso y la  capacidad de concertación”.

Exhortan así mismo “a evitar toda actitud de paternalismo que muchas veces puede llegar a la compra de conciencias en menoscabo de la libertad personal y la dignidad de cada ciudadano”.

Esperan “que el nuevo padrón sea un factor importante para la fiabilidad y claridad de la voluntad del pueblo ante las urnas”. Confían también en “que no se produzca el fraude que ha ensombrecido consultas anteriores, que no haya ningún tipo de coacción sobre las personas ni sobre los medios de comunicación, y que no haya amenazas o mentiras”.

Asimismo hacen una llamada a “que todos acepten con respeto la voluntad del pueblo reflejada en el proceso electoral”.

Afirman que “las elecciones generales han de ser un paso adelante, en el proceso que estamos viviendo hacia una sociedad más justa, libre, solidaria y unida desde nuestras diferencias culturales y regionales”.

Los obispos ven signos positivos en la sociedad que ayudarán en este proceso: la profunda religiosidad del pueblo; el esfuerzo del pueblo para mantener la paz y la concordia en medio de tantas confrontaciones; muchos sectores antes excluídos y discriminados han tenido posibilidades reales de reconocimiento y atención; la mayor participación en los distintos momentos electorales que suponen una mayor responsabilidad de los ciudadanos y una mayor conciencia personal.

También ven algunos aspectos negativos que les preocupan: la pobreza estructural que afecta a miles de familias; el problema del narcotráfico por sus funestos efectos en la sociedad y en la juventud; la falta de respeto a la ley, la crisis provocada en las instituciones judiciales, la inseguridad ciudadana y el crecimiento de la delincuencia, el problema de las violaciones a menores y la violencia familiar; la grave confrontación y división que subsiste entre pueblos, regiones y culturas, a veces con motivaciones ideológico-partidistas, y que repercute también dentro de las familias.

Exhortan a prepararse al Adviento “un tiempo de fe profunda y certeza de que una gran Luz iluminará nuestras tinieblas. Tiempo en el que nos preparamos para celebrar la venida del Señor. “Preparen el camino al Señor, enderecen sus senderos” (Is 40, 3)”.

En este ambiente de conversión personal y pastoral, explican los obispos, han iniciado, junto con las Iglesias del continente americano, una Misión Permanente que “quiere llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos, incluidos muchos cristianos bautizados pero no convertidos al Señor”. “Misión Permanente para revitalizar nuestra Iglesia que responda más y mejor en la construcción del Reino de Dios”, añaden.

En la renovación de cargos de la Conferencia , si por un lado se apoya la continuidad de figuras como el cardenal Julio Terrazas o el arzobispo auxiliar Luis Sáinz, por otro aparecen rostros nuevos en cargos directivos clave como monseñor Ricardo Centellas, Oscar Aparicio, Jesús Pérez y Antonio Reimann.

Ha sido elegidos presidente, cardenal Julio Terrazas Sandoval, arzobispo de Santa Cruz; vicepresidente: Jesús Pérez Rodríguez, arzobispo de Sucre; secretario general, Óscar Aparicio Céspedes, obispo auxiliar de La Paz.

Consejo Episcopal Permanente: presidente, cardenal Julio Terrazas; vicepresidente, Jesús Pérez; secretario general, Oscar Aparicio; 1er vocal, Edmundo Abastoflor; 2do vocal, Julio María Elías; 3er vocal, Ricardo Centellas; presidente de las Áreas, Luís Sáinz Hinojosa, ofm y presidente Consejo Asuntos Administrativos, Carlos Bürgler.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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