Desde hace varios años en la fecha de los Santos Inocentes, la diócesis de Anápolis promueve una marcha por la vida. Hombres, mujeres y niños han recorrido las calles de la capital económica de Goiás para valorizar la vida humana y rechazar el aborto.
Grandes y pequeños empujaban cochecitos para bebés y cunas vacías para simbolizar a los niños que fueron abortados. Otros levantaban pasacalles y pancartas entonando slogans en defensa de al vida. La marcha se realizó con el acompañamiento musical de la cantante Celina Borges “Déjame Nacer”.
La fecha del 28 de diciembre fue elegida por la significativa relación entre el asesinato de los Santos Inocentes por orden de Herodes, en la época de Jesús, con el egoísmo que lleva a practicar el aborto con el reconocimiento público.
Este año además, la marcha protestaba por la ley que autoriza a los hospitales públicos a realizar el aborto en caso de embarazo resultante de una violación o por riesgo de vida por parte de la gestante. Una gran polémica existe actualmente en Brasil sobre estos casos admitidos por la ley llamados impropiamente de “aborto legal” o “disculpas absolutorias”.
En Brasil el aborto aún no fue legalizado y a estas excepciones ahora se agrega otra: la suspensión de la aplicación de una condena judicial, si el aborto ya se ha realizado.
La Marcha por la Vida se concluyó con una misa celebrada en la catedral del Buen Jesús, con la participación de los vicarios generales y episcopales de la diócesis y del presidente de la organización Pro-vida de Anápolis, padre Luis Carlos.
