Bush pide a China abrir relaciones con el Vaticano y con el Dalai Lama

Se interesó por los obispos encarcelados, revela Condoleeza Rice

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PEKÍN, 21 febrero 2002 (ZENIT.org).- El presidente de EE. UU. George Bush pidió este jueves en Pekín al presidente de China, Jiang Zemin, mayor respeto de la libertad religiosa y la apertura de relaciones con el Vaticano y con el Dalai Lama.

Lo reveló Condoleeza Rice, asesora de seguridad nacional de Estados Unidos, al concluir una rueda de prensa conjunta ofrecida por los dos presidentes. Sus declaraciones han sido reportadas por la agencia misionera de la Santa Sede Fides.

Respecto a los coloquios privados entre ambos presidentes, Rice afirmó que su presidente animó a Jiang Zemin a abrir la comunicación con el Vaticano y con el Dalai Lama.

Ms Rice afrontó también el caso de los obispos y sacerdotes a los que las autoridades chinas han encarcelado o impiden ejercer su ministerio. Fides publicó el 12 de febrero pasado una lista con 33 nombres (5 obispos arrestados, 8 obispos a los que se les impide ejercer su ministerio y 21 sacerdotes arrestados o controlados de cerca por la policía).

«Es necesario que el gobierno chino los libere. Lo hemos dicho de manera clarísima», dijo Rice a los periodistas.

Durante la rueda de prensa de los presidentes, según informa Fides, periodistas de habla inglesa preguntaron a Jiang Zemin los motivos por los que obispos y sacerdotes de la Iglesia católica subterránea fiel al Papa se encuentran encarcelados o se ven impedidos de ejercer su ministerio

Según las reglas del protocolo de las ruedas de prensa, los periodistas extranjeros debían dirigir sus preguntas a Bush y los chinos a Jiang, por lo que el presidente chino no respondió directamente.

El presidente Bush respondió subrayando que «todos los pueblos del mundo, incluído el chino, deberían ser libres de elegir cómo vivir, rezar, trabajar».

«El futuro de China debe ser decidido por el pueblo chino, aunque ninguna nación puede evitar la petición (de respeto) de la dignidad humana», afirmó el presidente de EE. UU.

Hacia el final de la rueda de prensa, seguida en directo gracias a la televisión por cientos de miles de personas, el presidente chino dijo que se interesaba personalmente por las religiones, y que ha leído la Biblia, el Corán y los escritos budistas.

Afirmó también que, en China, «las confesiones religiosas están protegidas por nuestra Constitución», ahora bien, afirmó que se ha encarcelado a exponentes religiosos «por haber violado la ley, no por su credo religioso».

«Aunque yo sea el presidente de esta nación –aclaró–, no tengo derecho a interferir en los asuntos judiciales, para salvaguardar la independencia de la Justicia».

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ZENIT Staff

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