Cada vez hay más laicos en las universidades pontificias de Roma

Entrevista con el rector del «Angelicum», el padre Joseph Agius

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).- El número de laicos en las universidades pontificias de Roma aumenta año tras año y también el de los estudiantes que quieren clases en inglés.

En esta entrevista concedida a Zenit, el padre dominico Joseph Agius, rector de la Universidad Pontificia Santo Tomás, conocida como «Angelicum», testimonia el caso de su universidad.

Rector desde 2005, el padre Agius antes fue decano de Teología (1992-2001) y responsable de la sección bíblica de esta institución. Es profesor de Teología y Exégesis del Antiguo Testamento y fue profesor en Malta –su tierra natal–, Italia y Estados Unidos.

Entre otras afirmaciones, en esta entrevista presenta a santo Tomás como hombre de «verdad y diálogo».

–El «Angelicum» es una universidad que se ha convertido en punto de referencia para los universitarios de lengua inglesa en Roma. ¿Es una opción que han tomado?

–P. Agius: Es verdad que es la única Universidad eclesiástica en Roma en la que los alumnos pueden optar por programas enteros en italiano o en inglés. Ofrecemos una programación completa en ambos idiomas, en el primer ciclo de Filosofía y de Teología, y programas completos en inglés en las especializaciones en Espiritualidad y Ecumenismo (segundo ciclo).

Hacia finales de los años sesenta, junto a las otras universidades eclesiásticas de Roma, abandonamos el latín como lengua de enseñanza y empezamos a dar clases en italiano. En aquel momento, no había ninguna intención de iniciar programas en inglés. Pero muchos estudiantes de lengua inglesa tenían dificultades para seguir los cursos en italiano y pidieron a algunos profesores de lengua inglesa clases privadas en inglés para repesar lo que enseñaban en italiano. Nuestros profesores aceptaron la petición y en seguida constatamos que el número de estudiantes de lengua inglesa aumentaba progresivamente.

A principios de los setenta, la Facultad de Teología decidió ofrecer programas completos en inglés junto a los programas en italiano. Tras la experiencia positiva de la Facultad de Teología, la de Filosofía lanzó un programa en inglés, junto al de italiano en el curso 2000-2001.

–¿Qué tiene que decir santo Tomás a un mundo en el que la categoría de la verdad está tan debatida?

–P. Agius: En la tradición cristiana, siempre hemos creído que existe la verdad y que la verdad se puede conocer. Hay verdades que pertenecen al orden natural y se pueden descubrir a la luz de la razón, y nosotros creemos que hay también verdades que pertenecen al orden sobrenatural, que se conocen por medio de revelaciones divinas, y a la luz de la fe. El autor del orden natural y del orden sobrenatural es el mismo, Dios, y entre las verdades que se conocen por la razón y las que se conocen por la fe no puede haber contradicción o incompatibilidad. Por este motivo, santo Tomás buscó siempre una armonía entre fe y razón. Por una parte, usa la razón para explicar las verdades reveladas y, por otra, demuestra que las verdades reveladas no son contrarias a la razón.

Santo Tomás fue al mismo tiempo un hombre de diálogo. Siguiendo a Nuestro Señor, no trató nunca de imponer las verdades que conocía a los demás, y estaba siempre dispuesto a escucharles, creyentes y no creyentes. Nosotros tratamos de proponer la verdad buscando la armonía entre fe y razón, entrando en diálogo con todas las corrientes de pensamiento.

–El porcentaje de laicos en su Universidad es alto. ¿Se prevé un aumento?

–P. Agius: En el curso 2001-2002, de 1.317 alumnos, 403 eran laicos (171 mujeres y 231 hombres), el 31%. En 2002-2003, de 1.372 alumnos, los laicos eran también 403 (173 mujeres y 230 hombres), el 29,4%. En 2003-2004, de 1.251 alumnos, 427eran laicos (185 mujeres y 242 hombres), el 34%.

Como se ve, el número de laicos tiende a aumentar debido a varios factores. Donde hay escasez de vocaciones, algunas tareas que en el pasado desempeñaban sacerdotes, como la enseñanza de las ciencias sagradas, hoy se confían a laicos y religiosas. Los laicos y religiosas que estudian las ciencias sagradas pueden encontrar una colocación no sólo en escuelas y universidades católicas, sino incluso en los seminarios. Algunos han sido enviados por los obispos. Muchos laicos alumnos del «Angelicum» son de lengua inglesa y sin duda la enseñanza en inglés les atrae. Además, algunas de nuestras facultades, como la de Ciencias Sociales, han lanzado con éxito programas que pretenden atraer a estudiantes laicos al «Angelicum».

–El Papa acaba de aludir al tema de la mujer en el gobierno de la Iglesia. En su Universidad hay desde hace años mujeres profesoras. ¿Es también una tendencia en alza?

–P. Agius: El «Angelicum» la primera, o al menos, seguramente, una de las tres primeras universidades eclesiásticas que dio una responsabilidad docente a una mujer. Nella Filippi empezó a dar clases en la Facultad de Teología en el curso 1970-71, poco después de haber obtenido aquí el doctorado. Desde entonces, el número de mujeres ha ido aumentando.

Este año, treinta mujeres, laicas y religiosas, que dan clases en varias facultades e institutos de nuestra Universidad, y es previsible que a medida que hay más mujeres que obtienen la licenciatura en ciencias sagradas, aumentará su número en el claustro.

Pero aparte de las profesoras, no hay que olvidar el papel de las mujeres en la administración de la Universidad. El «Angelicum» fue la primera universidad eclesiástica romana que tuvo a una religiosa como vicerrectora, sor Françoise Lamoureux. Una religiosa, sor Helen Alford, es desde hace muchos años decana de la Facultad de Ciencias Sociales; una laica es vicedecana de la Facultad de Teología y otra laica es directora de nuestro Instituto de Santo Tomás. Hay además mujeres que no forman parte del claustro pero prestan sus servicios en diversas oficinas de la Universidad.

–¿En qué medida se pueden crear sinergias con otras universidades pontificias para abrir espacios a la palabra cristiana en el mundo universitario?

–P. Agius: En este sector queda mucho por hacer. Hasta hace poco tiempo, nos limitábamos a invitar a profesores de otras universidades a dar cursos y a permitir a nuestros profesores dar clases en otras instituciones, o a permitir a nuestros estudiantes seguir cursos de especialización en otras instituciones. Recientemente, algunas de nuestras facultades han tratado de colaborar más de cerca con otras facultades romanas, organizando por ejemplo seminarios o coloquios con otras facultades. La Facultad de Teología está preparando un proyecto de colaboración con la Russell Berrie Foundation de Estados Unidos y la Karev-Center for Christian-Jewish Study [Hartman Institute] de Israel para instituir una cátedra que cubra el diálogo interreligioso. La Facultad de Filosofía se ha adherido, junto a otros centros académicos romanos, al proyecto «Science, Theology and Ontological Quest» (STOQ) (Ciencia, Teología e Investigación Ontológica) promovido por el Consejo Pontificio de la Cultura.

La Facultad de Ciencias Sociales ha colaborado con otras cinco universidades y con el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz en la organización de un congreso en el Vaticano, con motivo del 40 aniversario de la constitución pastoral «Gaudium et Spes» del Concilio Vaticano II. Junto al Instituto Internacional Jacques Maritain y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Pontificia Gregoriana, la misma facultad celebró un seminario sobre el pensamiento de Jacques Maritain. El «Proceso de Bolonia» [iniciativa promovida por el Centro Europeo de Educación Universitaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO-CEPES) ndr.] prevé más colaboración entre las universidades de Europa y, como la Santa Sede se ha
adherido a este proceso, las universidades eclesiásticas romanas están dentro y probablemente en el futuro habrá más colaboración entre ellas.

–Usted personalmente ¿qué desearía que fuera el «Angelicum» en los próximos años?

–P. Agius: Santo Tomás de Aquino es el patrón de nuestra Universidad y el guía de nuestra enseñanza. Reflexionando sobre los principios fundamentales del pensamiento de santo Tomás, querría que basándonos en esos principios lográramos comprender que santo Tomás hubiera afrontado los problemas que afronta la Iglesia en la nueva evangelización. Problemas como los del secularismo y el relativismo en occidente, o como el del integrismo religioso en otras partes.

Si lográramos comprender que santo Tomás hubiera afrontado estos problemas, seríamos capaces de hacer hablar a santo Tomás de nuevo para hacer propuestas a los problemas que afronta el hombre de hoy. Santo Tomás era un hombre abierto al diálogo porque estaba dispuesto a aceptar la Verdad donde la encontraba, y haciendo nuestras propuestas basándonos en los principios fundamentales del pensamiento de nuestro maestro, también nosotros debemos estar abiertos al diálogo con todos.

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ZENIT Staff

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