CASTEL GANDOLFO, 23 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera el Camino Neocatecumenal como una respuesta providencial a la indiferencia religiosa que caracteriza buena parte de las sociedades actuales.
El pontífice exteriorizó su punto de vista al encontrarse este sábado con unos 1.200 catequistas y presbíteros de esta nueva realidad eclesial para celebrar la aprobación por parte de la Santa Sede de sus Estatutos, el 29 de junio pasado.
En el encuentro, que tuvo lugar en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, participaron los iniciadores del Camino Neocatecumenal, los laicos españoles Kiko Argüello y Carmen Hernández, así como el sacerdote italiano Mario Pezzi.
Se habían reunido en días anteriores en el Centro Internacional «Serivo de Yavé» en la localidad italiana de Porto San Giorgio para reflexionar sobre esta decisión de la Santa Sede que ha enmarcado jurídicamente esta realidad surgida en 1964 gracias al empuje misionero del entonces joven artista Kiko Argüello.
Según datos actualizados, el Camino Neocatecumenal cuenta con unas 17.000 comunidades en 105 países, repartidas en unas 900 diócesis y 5.500 parroquias. Siguen este camino más de un millón de personas repartidas en todo el mundo, así como 1.500 seminaristas (que se forman en los 49 seminarios diocesanos «Redemptoris Mater»), y 800 presbíteros.
«¿Cómo no dar gracias al Señor por los frutos traídos por el Camino Neocatecumenal en sus más de treinta años de existencia?», se preguntó el Papa durante el encuentro.
«En una sociedad secularizada como la nuestra, en la que se extiende la indiferencia religiosa y muchas personas viven como si Dios no existiera, muchas personas necesitan un nuevo descubrimiento de los sacramentos de la iniciación cristiana; en particular el del Bautismo», dijo.
«El Camino es sin duda una de las respuestas providenciales a esta necesidad urgente –siguió constatando–. Basta ver vuestras comunidades: ¡cuántos redescubrimientos de la belleza y de la grandeza de la vocación bautismal recibida!».
«¡Cuánta generosidad y celo en el anuncio del Evangelio de Jesucristo, en particular a los más alejados! –continuó–¡Cuántas vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa surgidas gracias a este itinerario de formación cristiana».
Los Estatutos recién aprobados, siguió considerando el sucesor de Pedro, deben constituir «una clara y segura regla de vida, un punto de referencia fundamental para que este proceso de formación, que tiene por objetivo llevar a los fieles a una fe madura, pueda ser realizado de manera adecuada a la doctrina y disciplina de la Iglesia».
Por este motivo, subrayó, «la aprobación de los Estatutos abre una nueva etapa en la vida del Camino».
«La Iglesia espera ahora de vosotros un compromiso todavía más intenso y generoso en la nueva evangelización y en el servicio a las Iglesias locales y a las parroquias –afirmó–. Por tanto, vosotros, presbíteros y catequistas del Camino, tenéis la responsabilidad de que los Estatutos sean aplicados fielmente en todos sus aspectos, de manera que se conviertan un auténtico fermento por un nuevo empuje misionero».
Por otra parte, consideró, «los Estatutos constituyen una ayuda importante parata todos los pastores de la Iglesia, en particular para los obispos diocesanos, a quienes el Señor les ha confiado la atención pastoral, y en particular la iniciación cristiana de las personas en la diócesis».
Los Estatutos, que se componen de 35 artículos, consideran Camino Neocatecumenal como «Iniciación Cristiana» –no es una asociación, un movimiento o una congregación religiosa–, que se pone al servicio de las diócesis y de los párrocos sin constituirse en una entidad autónoma.
Al final de la audiencia, Kiko Argüello explicó en declaraciones a «Radio Vaticano» que tras la aprobación de los Estatutos ha notado un gran cambio de actitud, incluso entre periodistas que eran muy críticos con el Camino.
