Cardenal austriaco en espera del Papa: El cristianismo, la vía del futuro (I)

Entrevista al cardenal Christoph Schönborn

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VIENA, lunes, 3 septiembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena lanza en esta entrevista un gran desafío: vivir la fe cristiana como «alternativa». En un ambiente secularizado, es necesario «ofrecer la fe como auténtica alternativa para la sociedad actual».

Pensando en la inminente visita del Benedicto XVI a Viena, Mariazell y Heiligenkreuz (7-9 septiembre), el presidente de la Conferencia Episcopal Austriaca ha concedido una entrevista a Zenit sobre el ministerio petrino y el lado humano del Papa, sobre la importancia vital de familias numerosas para el futuro de Austria y Europa, así como sobre la presencia de Jesús en los cristianos.

«Cuando habla el Papa Benedicto, es necesario estar muy atentos, porque lo que tiene que decir es siempre muy claro… Yo no sé lo que nos dirá. Está bien abrirse a sus palabras».

–La visita del Papa Benedicto XVI está en boca de todos. Pero ¿quién es verdaderamente el Santo Padre?

–Cardenal Schönborn: Es muy sencillo. Es el sucesor del apóstol Pedro y por ello, para nosotros, es el vicario de Cristo, el representante del Señor aquí en la tierra, en la Iglesia visible. Esto es. Es algo a la vez inconcebible e inmenso, pero este es a fin de cuentas el secreto del ministerio petrino. Para quien quiera que lo ejerza, ser de un determinado país o tener uno u otro idioma, es importante pero secundario. Él es antes que nada para nosotros, según la fe de la Iglesia, sencillamente Pedro entre nosotros, con toda la profundidad, la grandeza y la fuerza de lo que Jesús profetizó a Pedro, del ministerio que le confió, ministerio que sigue existiendo, más allá de la figura histórica de Pedro.

–¿Cómo son sus encuentros con el Santo Padre?

–Cardenal Schönborn: Muy normales. Es una persona a la que conozco desde hace 35 años, con quien he estudiado y he podido colaborar durante muchos años; una persona que con el transcurrir de los años he aprendido a conocer y a estimar profundamente, con gran veneración y admiración. Pero el 19 de abril de 2005 sucedió en su vida y en nuestra vida mucho más: fue elegido sucesor de Pedro.

Esta es naturalmente una dimensión nueva, que es constante también en los encuentros con él. Es el hombre, el maestro y el cardenal que conozco bien y desde hace tantos años y, al mismo tiempo, es Pedro.

–Usted conoce a Joseph Ratzinger/Benedicto XVI desde hace mucho tiempo e incluso presentó en Roma su libro sobre Jesús. ¿Cuáles son sus rasgos como persona?

–Cardenal Schönborn: Podría decir muchas cosas. En sus memorias, ha escrito muy modestamente, pero también acertadamente sobre su vida. Es muy sobrio en la manifestación de su vida privada. No habla mucho de su vida, pero se nota la profunda raíz cristiana en ella. Se ve que proviene de una familia forjada profundamente en la fe, una familia unida en la fe y en el amor.

Tuve la ocasión de conocer bien a su hermana Maria, fallecida de manera repentina el 2 de noviembre de 1991. Los tres hermanos estaban muy unidos y debieron tener unos padres que les forjaron profundamente.

¿Quién es el Papa a partir de su historia personal? Es un teólogo especialmente dotado e inteligente. No dudo en decir que es el último de los grandes teólogos de la generación del Concilio –De Lubac, Congar, Rahner, Balthasar–. Es el más joven del amplio abanico de teólogos que marcaron el Vaticano II y es ciertamente uno de los grandes por su capacidad espiritual y teológica.

–Durante su audiencia con Benedicto XVI en Castel Gandolfo, ultimaron detalles del programa de su inminente visita a Austria. ¿Qué espera el Santo Padre de ella?

–Cardenal Schönborn: Nos lo hará saber y considero que es bueno. Cuando el Papa Benedicto habla, hay que estar muy atentos porque lo que tiene que decir es siempre muy claro, importante, incisivo, personal y fascinante. No sé lo que nos dirá y es bueno estar abiertos a ello.

Lo que puedo decir con seguridad es que recibiremos material suficiente para ulteriores meditaciones.

–¿Qué tipo de Iglesia encontrará el Papa? ¿Cuál es en su opinión la situación de la Iglesia en Austria?

–Cardenal Schönborn: De la situación de la Iglesia, sólo puede hablar, a fin de cuentas, Nuestro Señor, porque la fe se dirige a Él, y en este sentido es también un misterio de los corazones en su relación con Dios. Esto no lo puede cuantificar ninguna estadística. Pero naturalmente vivimos en un tiempo en el que la sociología religiosa, la psicología de la religión, la estadística, desempeñan un papel importante y por ello se estudia siempre cómo presentar la religión a los jóvenes, a la generación intermedia y a los ancianos.

Ciertamente, entre hoy y, digamos, los años cincuenta del siglo pasado, ha habido un gran cambio. Pero no sólo en la Iglesia, sino también en la sociedad.

Querría citar sólo un ejemplo: en nuestra diócesis tenemos una zona rural y una zona urbana, la gran ciudad de Viena; y luego las zonas en torno a la ciudad que pertenecen a la diócesis de Viena. Hace cincuenta años, estas zonas eran terrenos agrícolas, hoy en su mayor parte pertenecen a la periferia de Viena. Esto supone naturalmente un cambio radical, ligado a la vida profesional, social y familiar de muchas personas. La clase campesina ha disminuido mucho. Esto repercute también en la actitud religiosa.

Considero que el desafío hoy, en una sociedad muy secularizada, es vivir el cristianismo, la fe cristiana casi como una alternativa, una sociedad de contraste.

[La segunda parte de esta entrevista se publicará este martes]

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ZENIT Staff

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