Cardenal Bertone: Pío XII es un gran Papa “injustamente vilipendiado”

El pasado domingo se clausuraron los actos por el cincuentenario de su muerte

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MONTEFIASCONE, martes 23 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Pío XII fue «fue un «sincero amigo de la humanidad y un fiel servidor de la Iglesia», un «auténtico arquitecto de la paz», que «hoy es injustamente vilipendiado»..

Con estas palabras del cardenal Tarsicio Bertone, secretario de Estado vaticano, concluyó el pasado domingo en la concatedral de Montefiascone (Viterbo, Italia) la celebración del cincuentenario de la muerte de este papa.

El purpurado dedicó la homilía a la figura de este papa y a sus esfuerzos por la paz durante la segunda guerra mundial, no sólo invocándola sino también trabajando por ella «dando refugio a los hebreos que huían de la furia nazi».

De forma particular, y ante las próximas fiestas de Navidad, el cardenal Bertone recordó otra Navidad muy distinta, la de 1942, en plena conflagración mundial, cuando el pontífice emitió su famoso radiomensaje en el que hacía un urgente llamamiento por la paz.

«En él indicó al mundo los cinco puntos esenciales para construir una paz sobre fundamentos sólidos en una sociedad nueva: reconocimiento y tutela de los derechos y la dignidad de la persona humana, centralidad de la familia, dignidad del trabajo y salarios justos, seguridad jurídica mediante un ordenamiento jurídico justo, y una concepción del Estado al servicio de la persona.

Pero Pío XII, recordó el cardenal Bertone, «no se limitó a proclamar la necesidad de la paz, sino que llevó adelante una conocida e intensa actividad caritativa a favor de las familias afectadas por los trágicos acontecimientos bélicos».

De la misma forma, «cuando se desencadenó la persecución contra los hebreos, impartió disposiciones precisas y urgentes a las instituciones católicas de Roma, para que abrieran las puertas a hombres, mujeres y niños, y pudieron salvarse gracias al valor y a la sensibilidad del Papa y de la Iglesia».

Finalmente, el purpurado se refirió a la coincidencia con el 60 aniversario de la Declaración de los Derechos del Hombre, y reafirmó que esos derechos «inalienables y universales» hoy «corren riesgo a causa del individualismo y del relativismo cultural y ético que caracteriza a nuestro tiempo».

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ZENIT Staff

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