LOURDES, 6 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El cardenal Louis-Marie Billé, presidente saliente de la Conferencia Episcopal Francesa, ha lanzado una clara defensa del secreto de la confesión y profesional, que según él, es amenazado en estos momentos por la Justicia de su país.
«Cuando un juez eclesiástico sepa que sus apuntes y sus conclusiones pueden ser mostrados impunemente ante una jurisdicción penal, perderá la libertad de acción necesaria. Encontrará un
obstáculo. Y es justamente la libertad de culto lo que está en discusión», constató al intervenir en la asamblea plenaria de la Conferencia que se celebra esta semana en Lourdes.
El purpurado de 63 años, que anunció en días pasados su dimisión de la presidencia a causa de un cáncer de colon, tomó como punto de referencia dos casos de violación del secreto profesional que la ley reconoce a los sacerdotes en el ejercicio de su ministerio.
El primero es el caso, que en meses pasados ha tenido mucho eco en Francia, del obispo de Bayeux-Lisieux, Pierre Pican, condenado por no haber denunciado a un sacerdote culpable de pederastia que le había confesado genéricamente su inclinación.
El segundo, menos conocido, ha tenido lugar en la diócesis de Lyón, de la que Billé es arzobispo. También se trata de un caso de pederastia por parte de un religioso. Sobre el asunto se ha iniciado una investigación canónica. Pero la policía ha registrado la casa del monseñor encargado de la investigación llevándose incluso material que no tenía nada que ver con la investigación.
«La Iglesia se preocupa de colaborar con la manifestación de la verdad –aclaró el cardenal–. Pero ¿Cómo puede hacerlo si sus medidas no pueden ya ser aplicadas? La justicia francesa no puede al mismo tiempo reprochar a la Iglesia su inacción ante crímenes o delitos cometidos por los sacerdotes y bloquear el funcionamiento de su justicia interna».
«Al negar deliberadamente el secreto profesional de los ministros del culto la justicia impedirá a la Iglesia asumir las propias responsabilidades y colaborar en la búsqueda de la verdad», concluyó Billé, creado cardenal en el último consistorio convocado por Juan Pablo II en febrero.
