Cardenal Cipriani: El aborto se introduce de "contrabando"

Una sociedad sin rumbo despenaliza está práctica y la droga

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LIMA, domingo 11 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- «El mundo cultural de hoy está sin rumbo, no sabe si va a despenalizar el aborto, la droga y otros temas, en contra de la propia humanidad; es decir, hay una falta de respeto a Dios», considera el cardenal Juan Luis Cipriani en su programa Diálogo de Fe, el sábado 10 de octubre.

«Por eso, la Iglesia debe ayudar a esta generación y a la futura a que volvamos al respeto de la criatura por el Creador», exhorta el arzobispo de Lima.

El purpurado recordó que el Papa Benedicto XVI ha dicho que «una caridad, un amor vacío de verdad se convierte en un sentimentalismo donde uno mete contenidos arbitrariamente. Por eso, en la actualidad nos están llenando de un sentimentalismo muy grande, para meternos de contrabando el aborto», señaló.

El cardenal Cipriani manifestó que hay que separar los temas centrales de la vida, que no son motivo de agendas políticas ni coyunturales. «Espero que haya un clara rectificación y que no sea un problema si católico o no católico, sino un problema de la vida», dijo el Pastor de Lima al referirse a su oposición a la despenalización del aborto eugenésico y de la eutanasia, que ha sido aprobado esta semana por una Comisión revisora del Código Civil peruano, a cargo del Congreso de la República.

También refirió que «hay un abuso en el tema de las estadísticas donde nos dicen que más de la mitad de los matrimonios acaban en divorcio, que hay miles de abortos clandestinos o  miles de niños sueltos por las calles».

«Creo que todo esto es mentira, es decir, hay una estadística que nos quiere hacer creer que el matrimonio no sirve, que los niños son un problema, que todas las mujeres son infieles y que los hombres son unos sinvergüenzas», afirmó el Cardenal Cipriani.

Proteger el matrimonio

En otro momento de su programa, el cardenal Juan Luis Cipriani manifestó que el matrimonio es un proyecto, es decir, me caso con esta persona porque la quiero y para quererla; y, tengo que cultivar y cuidar ese proyecto.

 

Indicó que ese proyecto de matrimonio se puede cultivar estando los esposos unidos, con horarios en que los dos se sacrifican para estar juntos; y, evitando otros amoríos, porque la chispa de la pasión se enciende y puede calcinar un proyecto matrimonial.

«El que se hayan casado no los ha blindado frente a otras mujeres y otros hombres; frente a la enfermedad o un momento de dolor y tristeza o del carácter de cada uno. Se han embarcado en un proyecto con valentía y coraje y cuando hay dificultades las afrontan juntos», agregó.

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ZENIT Staff

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