Cardenal de Honduras: Aparecida puede dar el impulso misionero que hace falta

La Iglesia ha perdido fuerza «por acostumbrarnos a un modelo pastoral y querer hacer más de lo mismo»

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 9 mayo 2007 (ZENIT.org).- «Necesitamos un nuevo fuego, un nuevo impulso, y creo que la Conferencia de Aparecida lo puede dar», considera el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, salesiano, arzobispo de Tegucigalpa.

El purpurado, también presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, quien en el pasado ha sido secretario general y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), considera que esta V Conferencia General del Episcopado es «una necesidad».

«Han pasado quince años después de la Conferencia de Santo Domingo, hemos cruzado el umbral del tercer milenio, estamos ya frente a desafíos que eran inéditos en aquel entonces, como toda la revolución biogenética, con aquellas fronteras que Juan Pablo II llamaba en la “Novo Millennio Ineunte” las fronteras de la nueva evangelización, y están ahí desafiándonos», aclara en un entrevista publicada por IVICON.

«Tenemos toda la fuerza de una globalización, que se ha reducido a lo económico y que, por consiguiente, está deshumanizándonos; y una revolución informática que está tristemente incomunicando. Muchos jóvenes han escogido los medios de comunicación para incomunicarse, para aislarse».

«Todo eso desafía a la evangelización y, desde el punto de vista de discípulos y misioneros, creo que Aparecida será un signo de esperanza y al mismo tiempo una respuesta, pues debemos dar una respuesta», aclara.

Al confesar sus esperanzas por esta Conferencia, que será inaugurada por el Papa el 13 de mayo, el cardenal afirma que «el modelo pastoral que estamos aplicando está agotado y por consiguiente estamos un poco desorientados».

«Necesitamos un nuevo fuego, un nuevo impulso, y creo que la Conferencia de Aparecida lo puede dar. Al menos la preparación ha sido muy intensiva». «Ahora esperamos no defraudarlos», reconoce.

«Cuando se pierde el ímpetu misionero empezamos a envejecer y a morir, porque la Iglesia es misionera por constitución: ser misionera es un elemento indispensable de su identidad», insiste.

«De hecho, la palabra del Señor es clara: “Id”. Cuando se nos olvida que somos enviados nos instalamos y entonces es ya muy poco lo que tenemos que decir a un mundo que necesita siempre el fermento evangélico», subraya.

Según el cardenal la Iglesia ha perdido gancho en América Latina «por acostumbrarnos a un modelo pastoral y querer hacer más de lo mismo».

«Pero el Espíritu Santo ni está de vacaciones ni duerme. Nos falta apertura al discernimiento de los signos de los tiempos cuando los tenemos muy provocadores hoy día: uno de ellos es la opción por los pobres, pero ya requiere respuesta».

«Para mí la opción por los pobres está tomando un cariz muy evidente y se llama reducir la desigualdad, porque América Latina es el continente más desigual del mundo y reducir estas desigualdades es lo que tenemos que hacer; cómo hacerlo es otro desafío enorme», asegura.

Otro de los desafíos que tiene la Iglesia en Latinoamérica, según el cardenal, es el de la evangelización de la política. «La Iglesia no se debe meter en política. Al contrario, la Iglesia debe evangelizar a los políticos y el mundo de la política», aclara.

«¿Por qué será que muchos católicos cuando entran en la política se olvidan de Cristo y del Evangelio y se acercan más al Príncipe de Maquiavelo?», se pregunta y responde: «Porque no hay esa raíz y se piensa que lo espiritual es algo privatizado, se quiere privatizar la fe y la misma práctica religiosa y eso es un error porque la fe cristiana básicamente es comunitaria y si nos olvidamos del bien común y de la Iglesia como comunidad, estamos transmitiendo un mensaje equivocado».

Por lo que se refiere al viaje del Papa a Brasil, considera que «tiene mucha importancia porque es el primer viaje que hace como Papa a América Latina. Estamos esperando su discurso inaugural de la Conferencia, que sin duda será un discurso muy importante, y esperamos que él nos sabrá poner los puntos sobre las íes en la problemática aguda del continente».

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ZENIT Staff

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