Cardenal Errázuriz: La Iglesia acoge a los homosexuales

Es «desaconsejable», sin embargo, admitirles al sacerdocio, aclara

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SANTIAGO, 9 diciembre 2002 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, ha recordado que la Iglesia tiene el deber de acoger a los homosexuales, y ha aclarado que la experiencia desaconseja el que sean ordenados sacerdotes.

El arzobispo de Santiago, en una entrevista concedida a «Radio Cooperativa» y reproducida por el portal del episcopado de Chile http://www.episcopado.cl/, reconoce que los homosexuales piden el respeto de la sociedad, sufren por la discriminación y por ser mirados en forma extraña o como si fueran pecadores.

El cardenal comentó de este modo el número 2358 del Catecismo de la Iglesia Católica en el que se dice que los homosexuales «deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta».

Estas personas, sigue diciendo el Catecismo, «están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición».

Por este motivo, aclaró el presidente del episcopado chileno, «yo creo que no pueden sentirse discriminados respecto a la atención pastoral que ellos reciben».

El cardenal constata que en la homosexualidad se presenta una tendencia compulsiva, que incita a ejercer la homosexualidad activa.

«En el sacerdocio, donde hay mucho contacto con niños, poner a una persona que puede tener esta tendencia compulsiva es un gran problema para él y para los niños –aclara–. Si uno le pregunta a una familia con siete niños en la casa, si le gustaría que el mozo [empleado, en el lenguaje familiar chileno] fuera homosexual, probablemente esta persona diría que no», reconoció el cardenal Errázuriz.

El purpurado explicó de este modo implícitamente la carta de la Congregación vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en la que la Santa Sede concluye que una persona «con tendencia homosexual no es, por tanto, idónea a recibir el sacramento del Orden sagrado» (Cf Zenit, 9 de diciembre de 2002).

En la entrevista, el cardenal Errázuriz explica que el celibato forma parte de la disciplina de la Iglesia (no del depósito de la fe), de modo que siempre ha sido revisable «en teoría». Ahora bien, añadió, la Iglesia lo mantiene porque es «un tesoro muy grande».

De hecho, comentó, muchos pastores evangélicos dicen a responsables de la Iglesia católica que «no se les ocurra dejar de lado el celibato».

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ZENIT Staff

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