Cardenal Grocholewski: Consejos a estudiantes, profesores y escuelas a comienzo de curso

Declaraciones del Prefecto de la Congregación para la Educación Católica

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 17 septiembre 2007 (ZENIT.org).- «Crecer en la verdadera sabiduría, tener cada vez mayor sentido crítico, saber discernir lo que está bien de lo que está mal»: son consejos del prefecto de la Congregación vaticana para la Educación Católica a los chicos y chicas que empiezan estos días el curso escolar.

A estas recomendaciones, el cardenal Zenon Grocholewski añade la importancia de que los estudiantes acrecienten su sentido de responsabilidad por sus acciones y sepan aprovechar lo que aprenden en la escuela para el bien.

En pleno inicio de curso, el purpurado recordó a los jóvenes, ante los micrófonos de Radio Vaticano, estas claves de aprendizaje, pues no basta con adquirir conocimientos técnicos en las aulas.

«Vivir sabiamente cuesta también sacrificios, renuncias, dominio de sí, de los propios deseos, de los propios instintos, pero sólo vivir sabiamente hace personas maduras y artífices del verdadero bien, del verdadero progreso», subraya el purpurado.

«En la formación de la sabiduría ayuda enormemente nuestro contacto con el Señor, con Cristo; por ello es importante la enseñanza de la religión –explica, dirigiéndose a los estudiantes–. Es importante el crecimiento de vuestra fe, no olvidar jamás vuestra oración», porque «vuestro mayor amigo es Cristo».

«Buscad vivir en contacto con Él –les exhorta–, y Él, que os ama de verdad, os ayudará a convertiros en personas maduras, que saben contribuir al verdadero bien y al de los demás».

En la emisora pontificia, el purpurado dirige también su mirada a los valores que debe recuperar hoy la escuela: «Se debe sobre todo intentar amar la verdad y buscar la verdad».

«Hoy, con mucha frecuencia, observamos este relativismo a propósito de la verdad sobre nuestra vida y nuestro destino; así pueden tomar ventaja diversas demagogias, tendencias a dominar a los demás –constata–. En cambio, crecer en la verdad, amar la verdad, significa ser cada vez más libres».

Por eso, en opinión del purpurado, se debe, «ya en la escuela primaria, intentar introducir en el corazón de los niños, de los chavales, este amor por la verdad».

«Para los cristianos la verdad no se puede separar jamás de lo que nos ha enseñado Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»», profundiza.

En cuanto a los profesores, el cardenal Grocholewski define al buen educador como «aquél que quiere a sus propios alumnos».

«Es muy importante que los docentes confirmen con la propia vida, con el propio ejemplo, con el propio amor, lo que enseñan», concluye.

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ZENIT Staff

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