Cardenal Martino en Ecuador: Una democracia sin valores acaba en totalitarismo

Gira por América Latina del presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz

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QUITO, domingo, 30 septiembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Renato R. Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, advirtió este sábado en la capital ecuatoriana ante el peligro de que una democracia sin valores acabe en totalitarismo.

El purpurado italiano inauguró una Conferencia Internacional sobre las responsabilidades sociales de las clases dirigentes, a la luz de la doctrina social de la Iglesia y en el contexto de la realidad política de América Latina.

«La democracia auténtica no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino el fruto de la aceptación firme de los valores que inspiran los procedimientos democráticos», alertó.

«Una democracia sin valores –como afirmó también Juan Pablo II y como demuestra la historia– se convierte fácilmente en un totalitarismo abierto o subrepticio», explicó.

De hecho, aclaró, el valor principal de la democracia exige «el respeto y la promoción integral de la persona y de sus derechos humanos fundamentales e inalienables».

Entre los peligros que afronta hoy la democracia, el cardenal citó las «oligarquías que consideran indiscutible su supremacía y sus privilegios», «grupos que se concentran alrededor de un poder de hecho, que olvida la libertad de los ciudadanos».

«Democracia de Pilatos –siguió denunciando–, que de forma más o menos evidente, trata con escéptica ironía la cuestión de la verdad. Democracia de Nerón o de Barrabás, que pretende someter al voto la verdad, confiándola al consenso clamado por masas acéfalas».

Al afrontar el desafío de «la lucha contra la pobreza que condena a millones de hombres, mujeres y niños a situaciones de miseria y desesperación», el cardenal Martino recordó que «la Iglesia llama a todos a un compromiso no violento, sin alimentar mesianismos efímeros y demagogias populistas, que prometen cosas cuya realización es imposible».

«La doctrina social de la Iglesia señala que la lucha contra la pobreza se debe dirigir según los principios de la solidaridad y de la subsidiaridad, que se tienen que integrar entre sí», aseguró.

Impulsando el «espíritu de iniciativa», Martino exigió «no caer en la tentación de mirar y tratar a los pobres como un problema, sino como sujetos y protagonistas de un futuro nuevo y más humano para todo el mundo».

«La lucha contra la pobreza debe seguir el principio de la justicia social, el único que puede evitar la escandalosa desproporción entre la riqueza de pocos y la miseria de muchos», recalcó.

Con su visita a Ecuador el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz ha comenzado una gira de doce días por América Latina, que comprende también Brasil y Argentina.

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ZENIT Staff

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