Cardenal Martino: La Doctrina Social de la Iglesia, herramienta de diálogo con creyentes o no

Reconoce desde Cuba

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LA HABANA, viernes, 17 febrero 2006 (ZENIT.org).- La Doctrina Social de la Iglesia ofrece claves de apertura y de diálogo con creyentes de otros credos y con todos los hombres de buena voluntad para la realización del bien común.

Así lo explicó el presidente del Consejo Pontificio Justicia y la Paz, el cardenal Renato Martino, el jueves durante la concelebración de apertura de los actos que acoge La Habana con ocasión del XX aniversario del Encuentro Nacional Eclesial Cubano.

Para el acontecimiento Benedicto XVI adelantó un mensaje al cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino –arzobispo de La Habana y presidente del episcopado cubano— en el que retomaba las palabras que el Papa Karol Wojtyla pronunció al visitar la Isla: «Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba» (Cf. Zenit, 15 febrero 2006).

Dichas palabras aluden a una apertura que exige confianza de los unos en los otros, a pesar de los diferentes modos de pensar y de creer, para hacer frente juntos a los desafíos del presente: son las líneas más importantes del mensaje de Benedicto XVI y también las que orientan la presentación del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que explicó en ese contexto el cardenal Martino.

Cuando el cardenal Ortega dio lectura al mensaje papal, y posteriormente en la presentación del Compendio, en éste señaló el cardenal Martino no sólo una síntesis completa y orgánica de la Doctrina Social de la Iglesia para la formación, el discernimiento y la acción de los católicos en su compromiso de transformación del mundo según el Evangelio.

Se trata además de un instrumento formidable de apertura y de diálogo con los creyentes de otros credos religiosos y con todos los hombres de buena voluntad para la realización del bien común en terreno social y político –reconoció el purpurado–, sobre la base de los valores fundamentales compartidos de humanidad, de respeto de la dignidad de cada persona y de la aspiración al desarrollo, a la reconciliación y a la paz.

En una nota remitida este viernes a Zenit desde el dicasterio vaticano para la Justicia y la Paz se recoge cuando su presidente subrayó: la Doctrina Social de la Iglesia toma en consideración al hombre en todas sus necesidades concretas, materiales y espirituales, y se propone indicar el sentido profundo de nuestra vida común, de nuestra lucha por la justicia.

Pero en demasiados países –denunció el purpurado italiano— aún no se han llegado a satisfacer las exigencias de justicia relativas a los derechos más elementales, como el acceso al agua potable, una vivienda digna y la asistencia sanitaria, mientras que en otros se reivindica la satisfacción de derechos sofisticados llamados de «nueva generación».

En este contexto recalcó que la solidaridad precede a los derechos individuales y los funda

Y sintetizó en cuatro los desafíos presentes –terreno común de compromiso entre creyentes y no creyentes– a favor del hombre en todas las latitudes.

En primer lugar enunció como un desafío crucial la vida, que hay que defender desde la concepción hasta su terminación natural, con particular atención a la familia, clave del futuro de la humanidad.

El cardenal Martino abordó igualmente el desafío de la alimentación aludiendo a la lucha contra la desnutrición y la pobreza, que requiere el esfuerzo solidario de todos los países ricos y el empeño inteligente y honesto de aquellos en vías de desarrollo, eliminando corrupción y desgobierno.

El desafío de la paz afirmó que se gana con la realización de la justicia, de la reconciliación, del diálogo, cesando la carrera armamentística en beneficio de las ayudas a la cooperación.

Poniendo de manifiesto el desafío de la libertad, a cuya cabeza está la libertad religiosa –fundamento de las demás libertades–, concluyó el cardenal Martino.

Hace más de un año que el purpurado está visitando numerosas naciones de los cinco continentes para presentar el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, un volumen sin precedentes.

Este último viaje le llevará también a República Dominicana y a Puerto Rico.

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ZENIT Staff

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