Cardenal Rouco: No es posible "condenar a muerte" a los emigrantes

Comenta el debate sobre la inmigración en Italia

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RÍMINI, miércoles 26 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- No es posible dejar morir a los emigrantes que emprenden una difícil travesía en busca de un futuro mejor, advirtió este miércoles el cardenal Antonio María Rouco Varela.

En un encuentro con los periodistas mantenido en el «Meeting por la amistad entre los pueblos», que organiza Comunión y Liberación, el arzobispo de Madrid reconoció tanto el derecho a emigrar, en ciertas situaciones, como el derecho a regular el proceso migratorio en función del bien común.

Los comentarios del presidente de la Conferencia Episcopal Española tuvieron lugar en pleno debate en Italia sobre la inmigración.

Los únicos cinco supervivientes de la tragedia que la semana pasada se cobró la vida de unas setenta personas que trataban de llegar en una barcaza a Italia desde el norte de África serán acusados ante la Justicia italiana de inmigración clandestina en aplicación de la nueva ley sobre seguridad impulsada por el Gobierno de Silvio Berlusconi.

«Nos llama la atención en España la forma como se está planteando aquí el problema», reconoció el prelado.

Según el cardenal, «hay poca unidad a la hora de tratar el problema por parte de los gobiernos europeos y de la Unión Europea, de forma que cada país, o los más afectados, están tratando de organizar su política para resolver el problema».

«No podemos rechazar, no podemos condenar a muerte a quienes se lanzan al mar para encontrar trabajo, casa y vida en otros países de Europa», aclara el pastor de la capital española.

«Creo que los principios de la doctrina social de la iglesia en este punto son claros. Efectivamente hay un derecho a la emigración, cuando no se encuentran condiciones de vida en los propios países, pero también hay derecho a una regulación del proceso migratorio en función del bien común y del país y de la sociedad al que acuden los emigrantes».

«Claro, son principios muy generales que necesitan concreción política y jurídica. Y en ese proceso de concreción nos encontramos con problemas concretísimos que a veces nos desbordan», reconoce.

Importancia de la inmigración hispana

El purpurado explicó que, España, en los últimos años ha experimentado un «crecimiento espectacular» de inmigrantes, de forma que entre el 8 y el 10% de la población hoy son emigrantes, el 17 ó 18% en la Comunidad de Madrid, según datos que él mismo ofreció.

Ahora bien, aclaró, en su país este fenómeno es sumamente particular, pues «el 60 ó 70% viene de los países de América que hablan español y que participan básicamente de las mismas raíces religiosas y culturales de España».

«Desde el punto de vista pastoral en las parroquias españolas los emigrantes ecuatorianos, peruanos…, están en la parroquia como en su casa, igual que en el Perú, en Ecuador».

«Más aún hay parroquias de los centros históricos de las ciudades, como en Madrid, donde ya el 80% de los feligreses son americanos hispanos, participan en la vida de la iglesia con normalidad, en su vida asociativa, en los consejos pastorales parroquiales, etc.».

«Y con todo son los que están sufriendo con mayor fuerza el efecto de la crisis económica», lamentó.

El segundo grupo de inmigrantes más numeroso en España procede de Europa central y del Este, y explicó que con ellos la relación también es fácil.

En el caso de un tercer grupo, los inmigrantes africanos, el cardenal mencionó «la tragedia de los pasos a las Islas Canarias y a la costa española».

«Lo sufren especialmente las Islas Canarias pues están muy cerca de África. Y los canarios piden que el resto de los lugares de España ayudemos. Y tratamos de que se eviten esas tragedias».

Por último, explicó que el grupo de los emigrantes musulmanes «es relativamente pequeño». «En Madrid, es el 8%. En el Estado español no creo que sea mucho más, quizá el 10%».

[Información recogida por Mirko Testa]

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ZENIT Staff

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