Cardenal Rouco: Todos los cristianos deben preparar ya la JMJ

Destaca el aumento de las vocaciones sacerdotales como reto del Año Sacerdotal

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MADRID, lunes 20 de abril de 2009 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, indicó este lunes en Madrid que todos los cristianos deben preparar desde ahora la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en agosto de 2011 en Madrid.

En el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), señaló que el evento «exige también una preparación remota – además de la próxima y organizativa – en la que se han de implicar los sacerdotes, los educadores y catequistas, los responsables del apostolado seglar y, en definitiva, toda la comunidad cristiana en los años anteriores al encuentro».

El presidente de la CEE destacó la necesidad de aprovechar la JMJ con una «preparación esmerada, en plena sintonía con el Consejo Pontificio para los Laicos».

Concretamente, invitó a poner los dos años y medio que quedan para el encuentro mundial de jóvenes con el Papa «bajo el signo de esa Cruz que ya ha comenzado a peregrinar en Madrid simbólicamente, lo hará de modo efectivo en esa misma archidiócesis el próximo 14 de septiembre y, desde el 26 de abril de 2010, recorrerá las demás diócesis de España portada por los jóvenes católicos».

El cardenal se refería así a la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que un numeroso grupo de jóvenes españoles recibió de manos de jóvenes australianos el pasado Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro del Vaticano ante el Papa y sus obispos.

Esa gran cruz de madera que preside las JMJ fue venerada solemnemente el Viernes Santo en la celebración de la Pasión del Señor en la Catedral de la Almudena de Madrid y, a continuación, recorrió en procesión el centro de la capital española, portada por jóvenes y acompañada por muchos miles de madrileños.

El cardenal Rouco afirmó que las JMJ «son una ocasión privilegiada para el encuentro de los jóvenes con Cristo», en la que algunos profundizan en su entrega al Señor y deciden su vocación y otros se ven impulsados a la conversión «sorprendidos por la fe viva y contagiosa de sus coetáneos».

También destacó el «papel decisivo» de los sacerdotes, educadores y monitores en «el camino de la preparación, celebración y aprovechamiento pastoral posterior de la Jornada Mundial de la Juventud».

En este sentido, consideró «providencial» la reciente iniciativa del Papa de convocar un Año sacerdotal, del próximo 19 de junio al 19 de junio de 2010, con ocasión del 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, Juan Maria Vianney, patrono de los párrocos.

El cardenal señaló el aumento de vocaciones sacerdotales como un reto para el Año Sacerdotal.

«Del aumento de las vocaciones sacerdotales y del consiguiente rejuvenecimiento de nuestros presbiterios depende decisivamente la posibilidad humana, espiritual y apostólica de la evangelización de nuestra sociedad y de sus jóvenes generaciones», dijo.

También indicó, a los obispos que participan esta semana en la Asamblea Plenaria, la conveniencia de abordar «la situación humana y espiritual de nuestros sacerdotes» en el Año sacerdotal.

Citando a Benedicto XVI, el cardenal señaló la necesidad de que el sacerdote viva una «tensión hacia la perfección moral» de la que dependerá en gran medida la eficacia de su ministerio.

El cardenal dijo que la misión del presbítero tiene cuatro dimensiones: eclesial, de comunión, jerárquica y doctrinal.

Finalmente destacó algunas necesidades para los sacerdotes, como que se formen permanentemente y que valoren la necesidad de que existan hombres ordenados sacerdotes y la importancia de que estén «presentes, identificables y reconocibles tanto por el juicio de fe como por las virtudes personales, e incluso por el vestido, en los ámbitos de la cultura y de la caridad».

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ZENIT Staff

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