Caritas: defender del abuso a empleados domésticos, baby-sitter y cuidadores

Garantizar la tutela de la que gozan los demás trabajadores

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ROMA, lunes 8 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Caritas Internationalis exhorta a los Gobiernos y a la comunidad internacional a defender de la explotación a los migrantes – en un alto porcentaje mujeres – que trabajan como empleados domésticos, baby-sitter y cuidadores.

Quien lleva a cabo trabajos domésticos, afirma en un comunicado, es a menudo víctima de tráfico y abuso, y raramente se beneficia “de cualquier forma de protección legal”.

Los abusos, reconoce, “pueden ser difíciles de demostrar dado que el lugar de trabajo es una casa privada”.

En este contexto, Caritas pide que estos empleados tengan en el llugar de trabajo la misma protección legal garantizada a otros trabajadores.

“Más allá del riesgo de abusos, los empleados domésticos pueden no tener una tutela a nivel de seguridad social, trabajas demasiado o ser mal pagados”, recordó Martina Liebsch, directora e las Políticas de Caritas Internationalis. “Muchos tienen miedo de sufrir represalias por parte de los empleadores si se lamentan con las autoridades, y por tanto siguen viviendo como esclavos modernos”.

La Organización Internacional del Trabajo, el organismo de las Naciones Unidas responsable de los estándares internacionales de empleo, estudiará un boceto de convención para defender los derechos de los empleados domésticos el próximo junio.

Caritas pide cláusulas específicas para los trabajadores domésticos migrantes, entre ellas el hecho de que su trabajo y la residencia no estén ligados a un mismo empleador.

La organización exhorta también a crear un mecanismo para presentar quejas y un esquema de compensación para los trabajadores domésticos migrantes que sea independiente de su estatus legal

El trabajo domestico, añade, debería ser regulado por la creación de agencias de empleo que actúen como intermediarias entre los empleadores y los trabajadores migrantes”.

Estas estructuras deberían también “asegurar el respeto de los estándares laborales y la calidasd del trabajo realizado”.

Frente al requerimiento cada vez mayor de trabajadores domésticos y cuidadores, Caritas exhorta finalmente a los Gobiernos a crear canales para una migración laboral legal para quien desea dejar el propio país.

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ZENIT Staff

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