Cáritas Irak teme un desastre humanitario en Basora

ROMA, 25 marzo 2003 (ZENIT.org).- Los responsables de Cáritas Irak han expresado su temor de que en la ciudad de Basora pueda estar incubándose una grave situación de emergencia, después de que los sistemas de electricidad y de agua potable hayan sido destruidos por los bombardeos.

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La mayoría del millón y medio de habitantes de Basora se han visto obligados a utilizar el agua de los ríos Tigris y Eúfrates para beber y cocinar, confirman estas fuentes de Cáritas en Madrid.

«Este hecho ha disparado todas las alarmas entre los responsables de Cáritas y de las contadas organizaciones humanitarias presentes en Iraq, ya que, dada la alta contaminación de las aguas, en cualquier momento puede declarase una infección masiva en la población civil», añade el comunicado.

Al norte del país, la ciudad de Mosul y las localidades vecinas volvieron a sufrir ataques aéreos en la mañana de este martes, según confirman los responsables de la oficina de enlace de Cáritas Irak en Ammán.

Como consecuencia de los bombardeos de los últimos días unas 4.000 personas han abandonado sus hogares y han buscado refugio en la ciudad de Karakosh, a unos 45 kilómetros al este de Mosul.

Este mismo martes, desde los centros de distribución de ayuda humanitaria de Cáritas Irak en Bagdad ha partido un convoy hacia Karakosh con suministros de alimentos y medicinas para atender las necesidades de las personas desplazadas.

En Bagdad, sometida a bombardeos diarios, Cáritas sigue prestando ayuda de emergencia a los damnificados. Desde el comienzo de la emergencia, ha repartido en la capital iraquí un total de 2.000 equipos de ayuda de emergencia.

Este lunes, el Hospital de las Hermanas Dominicas de Bagdad recibió una donación de diversos «kits» sanitarios de Cáritas Iraq.

En lo que se refiere a la cuestión de los refugiados, la oficina de Cáritas Iraq en Ammán indica que no se están registrando afluencias a gran escala en ninguna de las zonas fronterizas, aunque se mantiene todas las alertas ante una llegada importante de desplazados en cualquier momento.

Por su parte, la directora de Cáritas Jerusalén, Claudette Habesch, ha denunciado el agravamiento que desde el inicio de la guerra ha experimentado la situación, ya de por sí muy precaria, de la población palestina y ha criticado el reforzamiento que el Gobierno israelí ha impuesto desde el comienzo de la intervención aliada en Iraq de las medidas de presión sobre los territorios palestinos.

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ZENIT Staff

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