Cáritas Italiana, «altavoz» de la guerra «silenciosa» en R. D. Congo

Pide a la comunidad internacional que no olvide el grave conflicto

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ROMA, 4 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Cáritas Italiana ha denunciado el silencio que pesa sobre una de las guerras más sangrientas de África, la de la República Democrática del Congo, que en cinco años se ha cobrado la vida de unos tres millones de personas.

Entre las víctimas se incluyen aquellas ocasionadas por los efectos indirectos de la violencia: fuga de la población hacia la selva, abandono de los cultivos, malnutrición y carencias sanitarias.

En la base del conflicto del ex-Zaire, en el que se han visto involucrados Ruanda, Uganda, Burundi, Angola, Zimbabwe y Namibia en apoyo a las dos facciones adversarias, está la lucha contra los grupos de la rebelión ruandesa, pero también el objetivo de extender el control en un país rico en oro, diamantes, petróleo y otros recursos naturales.

Al regresar de una misión en el país africano, Cáritas Italiana difundió el pasado 29 de agosto un comunicado referido a «cinco años de guerra “silenciosa”» y llamó la atención sobre «el conflicto más dramático del continente».

«De esta guerra se ha hablado verdaderamente muy poco –explicó el responsable de la oficina para África de Cáritas Italiana, Maurizio Marmo, ante los micrófonos de Radio Vaticana–. Sólo quien se interesa en África o en conflictos olvidados logra encontrar noticias en agencias especializadas».

Igualmente reconoció que la información de los últimos años refiere «alguna masacre y ciertos episodios relevantes, pero falta información más profunda, especialmente un análisis y una denuncia de lo que está ocurriendo».

La visita de Cáritas italiana a las diócesis de Goma y Kindu –al este del país– permitió constatar la difícil situación y el aislamiento en que se encuentran algunas zonas –por ejemplo Kindu, «donde sólo se pueden hacer llegar ayudas por vía aérea»–, «si bien en estas semanas se ha inaugurado un gobierno de transición que parece que puede llevar a la conclusión del conflicto», añadió Maurizio Marmo.

Los acuerdos de Lusaka de 1999, de Pretoria y Luanda (2002) y el Diálogo intercongoleño ratificaron importantes compromisos que han conducido no sin dificultad a la composición del gobierno de transición en el que están representadas todas las partes en conflicto, la oposición no armada y la sociedad civil.

La misión de este verano en el Congo no sólo llevó a Cáritas a pedir en su comunicado el respeto de los acuerdos de paz, sino que se dirigió a las instituciones internacionales –a nivel mundial y europeo– para que ejerzan presión sobre las partes en conflicto, convocando una Conferencia regional que incluya a todos los gobiernos de los países de la región de los Grandes Lagos a fin de hallar soluciones de paz duraderas y promover la democratización.

Y es que las situaciones de incertidumbre y de conflicto entre países limítrofes «obviamente trasladan las consecuencias a toda la región». Por eso, «sólo si se realiza un intento verdadero de reunir a los distintos gobiernos y facciones para encontrar soluciones que puedan compartir todos se puede tener la posibilidad de instaurar una situación de paz para todas las poblaciones», advirtió el responsable de Cáritas.

Actualmente la población congoleña alimenta grandes esperanzas en el final de la guerra, si bien aún se registran graves enfrentamientos y masacres en el distrito de Ituri y en algunas zonas de Kivu.

En cualquier caso, se confía en que la violencia cese lo antes posible, también gracias a la acción de la MONUC –misión de las Naciones Unidas en el Congo–, que el 28 de julio recibió del Consejo de Seguridad un nuevo mandato de un año y la autorización de hacer uso de la fuerza para proteger a los civiles.

Presente en el Congo desde 1995, Cáritas italiana ha llevado adelante, en colaboración con las realidades eclesiales locales, proyectos de emergencia y desarrollo en el ámbito social, sanitario, de promoción económica y de reforzamiento de las capacidades locales.

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ZENIT Staff

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