Caritas, primera en ayudar a comunidades damnificadas en Pakistán

Testimonio de uno de sus agentes, Chaudhry Kamran

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ISLAMABAD, lunes, 30 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el testimonio de Chaudhry Kamran, de Cáritas Pakistán, quien está ofreciendo ayuda a las familias damnificadas por las inundaciones.</p>

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Cuando las fuertes lluvias comenzaron a azotar el Sur del Punjab, me dirigí hacia las zonas inundadas. Dentro del autobús, todos estábamos muy preocupados por las personas que veíamos al pasar, viviendo en refugios improvisados Las tiendas de campaña no tendrían ninguna posibilidad de resistir al fuerte viento.

Nadie sabía qué iba a pasar… La última actualización de la ONU habla de al menos 17,2 millones de personas afectadas por las inundaciones, más de 1.600 personas han muerto y miles se han visto afectados por las enfermedades de la piel y el estómago.

Los Estados Unidos y otros países del mundo han prometido más de 700 millones de dólares para ayudas a los damnificados en Pakistán. El Fondo Monetario Internacional está estudiando todas las vías posibles para ayudar al país.

Estos esfuerzos eran demasiado lentos para Bela Khan. Los supervivientes esperaron la ayuda extranjera cerca de dos semanas después de que este pueblo quedó sumergido en el agua. Caritas fue el primero en llegar allí, dice el ejército de Pakistán. Las veinte tiendas de campaña suministradas hace una semana por los equipos diocesanos de Caritas Multan han permitido dar casa a familias a cuyos hogares sólo se puede acceder por lancha.

Para el segundo reparto de ayuda, los aldeanos se reunieron el pasado 26 de agosto en el punto de distribución cuando el convoy se acercó a la Iglesia. Era difícil obtener comentarios de la mayoría de los beneficiarios pertenecientes a la comunidad de habla saraiki (lengua de los grupos étnicos del centro de Pakistán). No están dispuestos a abandonar sus hogares, ahora convertidos en un montón de barro. Muchas familias siguen viviendo en el borde de un terraplén con la esperanza de que el agua se retirare en breve. Antes de que llegaran las tiendas de campaña de Caritas, los refugios en este terraplén sólo contaban con charpoys (tejido para hacer camas), apoyado en grandes tambores o láminas de plástico cubierto por ramas.

«¿Qué nos puedes dar, ¿qué nos has traído»? son las preguntas comunes de cada persona que visite los campamentos de los afectados por inundaciones oirá. Ansiosos, siempre mirando las manos del visitante, cuestionando lo que el mundo ha hecho por ellos».

La desesperación se refleja en todos los rostros en las pantallas de televisión. Un paquete de alivio por lo general tiene una duración de dos días en una familia de seis personas, una unidad familiar típica de la aldea. Sin embargo impartir conocimientos, herramientas como máquinas de coser puede ayudar a traer de vuelta la confianza y esperanza entre los supervivientes. Si bien la alimentación y la ropa siguen siendo una gran necesidad, el mundo tiene que pensar en formas para ayudarlos a vivir con dignidad.

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ZENIT Staff

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