ROMA, jueves, 5 mayo 2005 (ZENIT.org).- El personal de Cáritas está aplicando desde hace semanas un plan intensivo de prevención para garantizar una respuesta adecuada a las necesidades de los miles de desplazados sudaneses de la región de Darfur ante la próxima estación de lluvias.
El trabajo tiene lugar en colaboración con Action by Churches Together (ACT), organización con la que trabaja en Darfur desde hace un año.
Las prioridades se centran en acondicionar los centros comunitarios de Cáritas/ACT en los distintos campos de desplazados –que funcionan a la vez como clínicas, escuelas, puntos de distribución de alimentos o espacios de reunión– para que resistan el rigor de los aguaceros.
Se están preparando también almacenes debidamente impermeabilizados para las reservas alimentarias y el material médico para los próximos tres meses, en los que, como consecuencia de las lluvias, las vías terrestres de acceso a los distintos campos quedarán impracticables.
«Todas nuestras instalaciones en el Oeste y Sur de Darfur están siendo puestas a punto de cara a las fuertes lluvias que se avecinan», ha indicado Brian Martin, jefe de programas del consorcio Cáritas/ACT en esa región sudanesa, en un comunicado.
«Estamos reforzando con material impermeable todos los tejados de los centros de distribución de alimentos y comprobando el drenaje de los terrenos para evitar que el suelo se inunde cuando comiencen los aguaceros», añade.
Dado que los aspectos logísticos pueden convertirse en una pesadilla durante la época de lluvias, el personal de ACT/Cáritas está repartiendo reservas de material de ayuda en diferentes lugares próximos a los campos de desplazados.
Además, en los campos donde está presente el consorcio Cáritas/ACT se han distribuido a los desplazados cientos de toneladas de piezas de plástico para que puedan reforzar la impermeabilización de sus albergues temporales cuando comiencen las precipitaciones.
La temporada de lluvias es también el momento de la siembra. Por ese motivo, Cáritas/ACT está repartiendo aperos de labranza a los desplazados para que puedan plantar sus propias cosechas.
En la primera fase de la ayuda de emergencia que se está prestando en la región de Darfur, el Consorcio ACT/Cáritas ha ofrecido asistencia de urgencia a 500.000 refugiados, el 7% de la población desplazada en la zona, por un importe de 14 millones de euros.
Se ha distribuido material para la construcción de refugios temporales y enseres domésticos para 75.000 familias, además de poner en marcha un programa de construcción de letrinas y de abastecimiento de agua potable, con la instalación de un punto de distribución para cada 250 personas y la construcción de 10 pozos.
Además, se está desarrollando un programa educativo y sanitario, en estrecha coordinación con las intervenciones desarrolladas por otras organizaciones es estos mismos aspectos.
Cáritas/ACT está a punto de iniciar una segunda fase de ayuda humanitaria para los refugiados que se encuentran en Chad, donde, además de mantener durante los próximos seis meses la ayuda humanitaria en los campos, se pretende también dar respuesta a las dificultades de la población local, que ha visto como sus medios de subsistencia se han visto seriamente amenazados a causa de la llegada de más de 130.000 refugiados con su ganado.
«La población local ha sido muy solidaria con los refugiados, a quienes les ha suministrando comida y ropa, y les ha cedido terrenos para el pasto de su ganado», explica Cáritas.
Poco a poco, sin embargo, las condiciones ambientales de las zonas más próximas a los campos se han ido deteriorando, por lo que Cáritas/ACT va a dar prioridad a la puesta en marcha de planes de apoyo a la agricultura y a la ganadería de los residentes, así como a los programas de ayuda alimentaria para los grupos de población más vulnerables, como es el caso de las mujeres embarazadas y los niños.
