TARRAGONA, 2 de julio de 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- 34 Carmelitas Misioneras Teresianas (CMT) de Cataluña, Aragón, País Vasco, Castilla y León, Filipinas, Venezuela y México se encuentran reunidas en capítulo bajo el lema «Experiencia de Dios en comunión fraterna para la misión» para actualizar su consagración y escoger la superiora provincial y su consejo para los próximos tres años.
El encuentro empezó este martes en Tarragona con una eucaristía presidida por el arzobispo Lluis Maria Martínez Sistach y durará hasta el 11 de julio.
Las Carmelitas Misioneras Teresinas son una congregación fundada en Ciudadela (Menorca) en 1861 por el carmelita descalzo Francisco Palau Quer (1811-1872) con vocación misionera y espiritualidad eclesial y mariana, que se ponen al servicio de la Iglesia en sus miembros más necesitados.
En estos momentos son 757 religiosas y novicias, presentes en 23 países, 18 de los cuales pertenecen al tercer mundo con 107 comunidades.
La actual superiora, Asunción Ciuraneta, hace balance de sus años al frente de la provincia de San Elías y habla a la agencia Veritas de la situación actual.
–El lema del capítulo, «Experiencia de Dios en comunión fraterna para la misión», ¿responde a una necesidad de unificar el espíritu de la comunidad en sus diversos apostolados?
–Asunción Ciuraneta: Realmente nuestra comunidad no tiene unas actividades demasiado determinadas: algunas monjas se dedican a la enseñanza, otras a la atención de personas mayores, también ofrecemos
casas de espiritualidad, trabajamos en misiones parroquiales… Entonces tenemos que fundamentar nuestra vida en lo esencial de nuestro carisma, que nos dejó el fundador, el Padre Palau, y que es la
experiencia de Dios.
–¿Cómo llegan ustedes a tener esa experiencia de Dios, que muchas personas buscan pero no encuentran?
–Asunción Ciuraneta: Para conseguirlo, necesitamos una oración continua, es decir, estar con Dios no sólo en los momentos que pasamos en la capilla, sino en todos los aspectos de nuestra existencia: en el trabajo, mientras nos relacionamos con otras personas…
–Y este trasfondo debe mostrarse después en las actividades de cada monja, ¿sería esa su misión?
–Asunción Ciuraneta: Intentamos convertirnos así en los testimonios verdaderamente auténticos que necesita la sociedad. Yo estoy satisfecha de ser un testimonio y de haber podido serlo este tiempo también para mi comunidad como superiora provincial.
–¿Qué balance hace de los años al frente de las Carmelitas Misioneras Teresianas de la provincia de San Elías?
–Hago una valoración gozosa porque me ha dado la oportunidad de servir a las hermanas con toda dedicación y ofrecerles algo que ellas necesitan.
–¿Cuáles son las principales necesidades de la comunidad, actualmente?
–Asunción Ciuraneta: Hay muchas monjas mayores, algunas enfermas, que necesitan a alguien cercano, con una dedicación más intensa. Nos faltan jóvenes. Y es que a veces, desde fuera sólo se perciben los aspectos negativos de nuestros servicios a los más necesitados. Pero eso no tiene importancia; se tienen que buscar caminos para dar testimonio con más valentía.
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