El fallecido cardenal ucraniano (Олег Чупа at uk.wikipedia)

El fallecido cardenal ucraniano (Олег Чупа at uk.wikipedia)

Funeral del cardenal ucraniano que "recogió la herencia de las catacumbas". El Papa envía una carta

Miles se despiden del cardenal Lubomyr Husar, arzobispo emérito la ciudad de Kyiv-Halyč, quien falleció el pasado 31 de mayo

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(ZENIT – Roma, 6 Jun. 2017).- El santo padre Francisco envió una carta con motivo del funeral del cardenal Lubomyr Husar, arzobispo mayor emérito la ciudad de Kyiv-Halyč, en Ucrania, quien falleció el pasado 31 de mayo a la edad de 84 años.
En la misiva dirigida al actual arzobispo mayor, Sviatoslav Shevchuk, el Papa indica saber del “extraordinario aflujo de personas que en estos días han acudido a rendir homenaje a los restos mortales del cardenal” . Y que esta presencia es “signo elocuente de lo que él ha sido: una de las autoridades morales más altas y respetadas en los últimos decenios por el pueblo ucraniano”.
Señala que este “padre y guía espiritual” de toda la Iglesia greco-católica «recogió la herencia de las catacumbas» a la que la Iglesia había sido obligada a refugiarse por la persecución, «a la cual devolvió no solo las estructuras eclesiásticas, sino sobre todo la alegría de la propia historia, fundada en la fe a través y más allá de todo sufrimiento”.
“Con la llegada de la vejez y de la enfermedad su presencia entre el pueblo cambió de estilo, pero se hizo más intensa y más rica”, escribe el Pontífice, y así se volvió así en vida de Ucrania “como un maestro de sabiduría. Su hablar era sencillo, comprensible a todos, pero muy profundo. La suya era la sabiduría del Evangelio, era el pan de la Palabra de Dios partido para los humildes, para quienes sufrían y para todos aquellos que buscaban dignidad”.
El papa Francisco indica que este obispo de la Iglesia greco-católica, unida en comunión con Roma, representaba no solo a los católicos, sino a los “creyentes y no creyentes, más allá de las diferencias confesionales». Porque «todos sentían que hablaba un cristiano, un ucraniano apasionado por su identidad, siempre lleno de esperanza, abierto al futuro de Dios”.
“Me conmueve –añade el Papa– pensar que hoy en toda Ucrania se llore por él y que muchos estén seguros de que ya reposa en el abrazo del Padre celeste”.
“Agradecido por esta presencia única, religiosa y social en la historia de Ucrania”, el sucesor de Pedro los invita “a ser fieles a la constante enseñanza y al total abandono a la Providencia”.

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ZENIT Staff

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