Catedrático judío denuncia la intolerancia que niega las raíces cristianas europeas

Joseph Weiler critica el laicismo jacobino en la redacción de la Constitución

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ROMA, 16 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Joseph Weiler, judío practicante y constitucionalista de prestigio internacional, considera absurdo que el futuro Tratado constitucional de la Unión Europea no mencione al cristianismo.

Weiler, titular de la cátedra Jean Monnet en la New York University y director de la Global Law School and Center for International and Regional Economic Law and Justice de Nueva York, presentó en Italia el libro que ha dedicado al argumento: «Una Europa cristiana».

La presentación del volumen fue uno de los actos que más eco suscitó en el Meeting organizado en Rímini por el Movimiento Comunión y Liberación con la participación de más de 600.000 personas.

Weiler considera absurda la ausencia de referencias en la futura Constitución, cuya redacción provisional presentada por la Convención Europea debe ser aprobada por los gobiernos de los países, pues buena parte de los 25 países que adherirán a la nueva Europa han adoptado Constituciones que contienen referencias específicas al cristianismo.

«¿Por qué si la constitución alemana, irlandesa y polaca citan a Dios y las raíces cristianas, el texto elaborado por la Convención sólo refleja el modelo laico francés?», preguntó Weiler.

«Laico no es sinónimo de neutral –añadió–. La Constitución europea, si bien predica pluralismo cultural, aplica en realidad un imperialismo constitucional, censurando la apertura a las referencias religiosas presentes en muchas constituciones estatales».

De este modo, según el constitucionalista judío, la falta de mención a las raíces cristianas europeas no es una «demostración de neutralidad», sino más bien «una actitud jacobina».

Weiler criticó también la actitud de los cristianos, que son incapaces de manifestar públicamente sus convicciones, y que viven una fe arrinconada en la vida pública.

«La declaración de la propia identidad abre a la comprensión de quien es diverso. Si sé con claridad quién soy puedo reconocer que eres y que eres diverso. En el relativismo hay confusión; no tolerancia».

El catedrático judío estadounidense subrayó que la mención cristiana no es un acto de intolerancia pues «la Iglesia propone la verdad de Cristo; no la impone».

«La tolerancia no está allí donde te escondes, sino donde superas la tentación de la coerción –aclaró–. Por este motivo, un judío ortodoxo puede pedir a Europa que no tenga miedo del propio pasado y de la propia identidad cristiana».

Al mismo tiempo, concluyó, «puede invitar a valorar a los dos, pues una Europa que por una mal entendida laicidad cancelara hoy las propias raíces religiosas de la Constitución, mañana podría ser enemiga de las minorías judías o musulmanas, en nombre de esa misma tolerancia laica».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación