Católicos piden al presidente de Pakistán abolir la ley de la blasfemia

Con motivo de la audiencia que mantuvo el jueves con el Papa

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LAHORE, viernes, 1 octubre 2004 (ZENIT.org).- Representantes de la Iglesia católica en Pakistán han pedido al presidente de ese país la abolición de la ley sobre la blasfemia por la que los condenados pueden ser sometidos incluso a la pena de muerte.

Un órgano episcopal del país de mayoría islámica ha formulado esta petición con motivo de la visita que el presidente Pervez Musharraf realizó este jueves a Juan Pablo II en el Vaticano.

El general Musharraf ha propuesto una modificación de la ley pero el cambio debe ser sometido y aprobado por el Consejo de la Ideología Islámica.

La ley sobre la blasfemia –secciones 295 B y C del Código Penal pakistaní– fue introducida en 1986. La sección 295-B se refiere a las ofensas al Corán, castigadas incluso con cadena perpetua, mientras que la sección 295-C prevé la pena de muerte o cadena perpetua a «cuantos con palabras o escritos, gestos o representaciones visibles, con insinuaciones directas o indirectas, insultan el sagrado nombre del Profeta».

La disposición, que permite encarcelar al presunto trasgresor en virtud de simples declaraciones orales ofrecidas por cualquier ciudadano, favorece su utilización como medio de venganza personal. También es manipulada por los militantes islámicos para perseguir a los cristianos o a cuantos no estén de acuerdo con ellos

En un mensaje enviado a la Agencia Fides, la Comisión nacional «Justicia y Paz», de la Conferencia Episcopal de Pakistán, señala que «mientras las modificaciones sobre el procedimiento yacen en el seno del Consejo, la suerte de al menos 30 personas, cristianos y musulmanes, bajo proceso o en espera de un llamamiento por acusaciones de blasfemia, permanece en la más completa oscuridad».

«Eso significa que el sufrimiento de los imputados y sus familias continúa, a pesar de las evidentes lagunas e manipulaciones de la ley», denuncia la comisión.

El responsable de la Comisión, Peter Jacob, señala en particular un caso ejemplar en Cachemira: el profesor Zahis Hussain Mirza, con más de 60 años, escritor y rector del Colegio de Kaseetpur, está en la cárcel, con la acusación de blasfemia, desde junio de 1999.

Durante la detención enfermó gravemente y ahora está siendo tratado de un tumor en el estómago. Fue acusado de blasfemia por Bashir Mustafwi, líder musulmán local, por algunas frases contenidas en su libro «El estado del Profeta».

El libro en cuestión fue publicado por Markaz Al Dawat Al-Islamia, editorial de Rawalpindi. El profesor en su libro hace referencia sencillamente a las posiciones de la «resurrección islámica» de la escuela wahabita sobre cuestiones de doctrina en el Islam.

El libro ha sido difundido y reimpreso con el permiso de autoridades religiosas islámicas en Pakistán y Arabia Saudí, confirmando que no contiene ningún material blasfemo. El profesor fue acusado y encarcelado y se rechazaron los testimonios de dos personas en su defensa. Ahora su salud está frágil y sus familiares temen que muera en la cárcel.

«El caso es increíble –afirma la Comisión Justicia y Paz–. El imputado es una persona respetable, que ha padecido una evidente manipulación. Cinco años de cárcel por haber escrito un libro, sin ninguna acusación comprobada contra él, es de veras inaceptable en cualquier parte del mundo».

Según los datos de la Comisión Nacional Justicia y Paz, oficialmente hay unas 560 personas acusadas de blasfemia en el país desde 1987 al 2004.

Peter Jacob afirma la influencia negativa de la ley sobre blasfemia: «aplicada de modo sectario se convierte en una fuente de disonancia social. La ley sobre blasfemia ha creado conflictos entre muchos sectores de la sociedad, ha exaltado la intolerancia religiosa en el país, ha provocado sufrimientos en numerosas familias y causado la muerte de muchos».

«El gobierno actual y los precedentes desde 1988 han inventado excusas para posponer la revisión de la ley. Preguntamos al gobierno: ¿cuánto casos como el del prof. Zahis Hussain Mirza, se producirán todavía, antes de ver la justicia en el país?».

El gobierno ha introducido un proyecto de ley, llamado «Enmienda de la ley penal», que busca modificar el delito de honor, la ley sobre blasfemia y las ordenanzas «Hudud» (introducidas en 1979), basadas en el Corán.

Monseñor Lawrence John Saldanha, arzobispo de Lahore, ha declarado a «Fides»: «Se habla de revisar la ley, no de cambiarla radicalmente. Pero ésta es una ley injusta, y debe ser abrogada. Mientras tanto los cristianos siguen siendo víctimas inocentes de esta ley injusta».

El Arzobispo ha dicho que «actualmente son más de 80 los cristianos encarcelados con la acusación de blasfemia: un número elevado si pensamos que son algo más del 1% de la población pakistaní».

De los 143 millones de habitantes de Pakistán, el 75% son musulmanes suníes y el 20% son chiíes. Los católicos son 1,2 millones.

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ZENIT Staff

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