Celebrada la Asamblea de la Oficina Internacional de Escuelas Católicas

Reeligió como secretario general al salesiano Ángel Astorgano

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SANTIAGO DE COMPOSTELA, miércoles, 30 mayo 2007 (ZENIT.org).- Del 21 al 25 de mayo se celebró en Santiago de Compostela la Asamblea de la Oficina Internacional de las Escuelas Católicas (OIEC) que reunió a más de cien personas representantes de las escuelas católicas de todo el mundo, según informa IVICON.

Este organismo reeligió como secretario general, al salesiano español Ángel Astorgano.

Monseñor Julián Barrio, arzobispo de Santiago presidió el día 21 el acto de apertura de la Asamblea destacando en sus palabras la alegría por este acto en estos momentos de incertidumbre de la Escuela católica.

«En este lugar privilegiado van a celebrar este acontecimiento de una gran dimensión eclesial –afirmó Mons. Barrio–, con la preocupación de ir forjando a través de la orientación de la Educación Católica el estilo propio de vida de los cristianos en medio de una sociedad plural como la nuestra, sabiendo que la verdad no se impone sino por la fuerza misma de la verdad».

Destacando los grandes retos a los que se enfrenta le Escuela Católica en este milenio, el arzobispo de Santiago consideró que «se nos presenta un momento oportuno para incentivar la renovación de la Escuela católica y clarificar el servicio educativo que está aportando a la sociedad».

Recordó que frente a las corrientes filosóficas y educativas que se presentan hoy y que «potencian los saberes científico-técnicos, la reducción de la razón a la razón instrumental, la eficacia social y pragmática con el peligro de no dar importancia a los saberes humanísticos y morales capaces de orientar y dar sentido a la vida», la escuela católica debe preservar su identidad «cuya especificidad está en el servicio a la formación integral, siendo un proyecto en el que la fe católica se presenta en diálogo con la cultura y en el que Dios es su fundamento primero y último».

Durante la Asamblea, se reflexionó sobre la situación de la enseñanza en el mundo.

En el caso europeo, el secretario regional de la OIEC para Europa, M. Etienne Verhack, señaló tres prioridades: defender los intereses de la enseñanza católica ante las instancias europeas; asegurar los contactos con los obispos responsables en cada nación de la enseñanza católica, y cuidar la identidad de la escuela católica con una atención preferencial a los directores de los colegios.

Al concluir el encuentro, la OIEC hizo pública una declaración final en la que se presenta a «la escuela católica como peregrina del siglo XXI». En esta declaración se apunta la necesidad de «reforzar la colaboración entre las regiones» y a «tomar posición de manera oportuna, pública y profética» ante las situaciones de injusticia y violencia que se dan en los distintos países.

Ante el fundamentalismo religioso, la OIEC invita a las escuelas católicas «a distinguir entre el verdadero y falso diálogo, entre la verdadera y falsa religión, entre la fe y la ideología». La preocupación por la evangelización de los jóvenes, especialmente los que viven situaciones más difíciles, la formación de los directivos, especialmente de los laicos, y una participación más activa en las políticas de educación de cada país, son otros de los ámbitos que quiere potenciar la escuela católica.

Fundada en 1952, en Lucerna, Suiza, la OIEC es una organización no gubernamental que representa a la educación católica del mundo entero como ONG con sede en Bruselas (Bélgica). Agrupa a la Secretarías nacionales de la educación católica de cada uno de los países afiliados.

Está organizada en cinco regiones mundiales: África, América, Europa, Asia y Oceanía, Oriente medio y próximo.

Agrupa a más de 44 millones de alumnos en todo el mundo, así distribuidos: 9.500.000 (África); 14.000.000 (América); 10.000.000 (Asia); 9.000.000 (Europa); 800.000 (Oceanía).

Cuenta con un total de 210.000 escuelas y tiene afiliados 102 miembros constituyentes (países miembros); 19 miembros asociados (congregaciones religiosas), 13 miembros cooperadores (instituciones) y 6 miembros correspondientes (particulares).

Entre sus objetivos, destacan: Promover investigaciones sobre la aportación específica de la escuela católica en el campo educativo y sobre la adaptación de la escuela a las necesidades, realidades y aspiraciones del medio en que se inserta; Crear y desarrollar lazos de ayuda mutua y de solidaridad activa y responsable entre los miembros; Servir como red de intercambio entre sus miembros; Asegurar la representación de la Educación Católica ante las instancias internacionales; Colaborar con los organismos de la Iglesia universal, con las Conferencias Episcopales y con otras organizaciones católicas internacionales de educación.

Actualmente tiene cuatro grandes proyectos en marcha: La «Radiografía mundial de la escuela católica»: proyecto que trata de obtener una fotografía tanto numérica como de actividades que se realizan en la escuela católica en el mundo entero. El proyecto «Educar y compartir»: procura contactos de apadrinamiento entre familias del hemisferio norte con otras necesitadas del hemisferio sur; «Educar a los derechos humanos, a la paz y a la convivencia»: proceso educativo de temas y medios para extender estos valores en el continente africano. «La OIEC con Asia: ningún niño sin educación», proyecto que trata ayudar a los países afectados por el tsunami.

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ZENIT Staff

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