Centroamérica: 1.300 chicos y chicas dan su disponibilidad al sacerdocio o la consagración

En el II Encuentro de Jóvenes de Centroamérica del Camino Neocatecumenal

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MANAGUA, lunes, 5 mayo 2008 (ZENIT.org).- Un total mil muchachos dieron su disponibilidad a seguir a Cristo en el sacerdocio y 300 chicas en la vida consagrada durante el resultado del II Encuentro de Jóvenes de Centroamérica del Camino Neocatecumenal celebrado en Managua, Nicaragua.

El pasado 2 de mayo, en un descampado al lado de la Catedral de Managua, unos veinte mil jóvenes centroamericanos y caribeños, que siguen un camino de vida cristiana en el Camino Neocatecumenal, se reunieron para sostener un encuentro vocacional, informa Lilian Angélica Martínez

Tras proclamar una lectura del profeta Isaías y un Evangelio, el iniciador de este itinerario de formación cristiana, Kiko Argüello, preguntó a los jóvenes si se sentían llamados a servir a Jesucristo como presbíteros y los invitó a ponerse de pie. 

Ante la invitación, mil muchachos se levantaron y caminaron hacia la tarima donde el arzobispo de Managua Leopoldo Brenes, el arzobispo emérito de esa diócesis, cardenal Miguel Obando y Bravo, y el obispo de la diócesis salvadoreña de Zacatecoluca, Elías Bolaños, les impusieron las manos orando para que el Espíritu Santo les ayude en el combate que les espera. 

Luego, Kiko Argüello llamó a las jóvenes a ponerse de pie si se sentían llamadas a convertirse en esposas de Cristo como religiosas contemplativas o solteras en misión. A este llamamiento respondieron 300 jóvenes que igualmente caminaron hacia la tarima para que los obispos rezaran por ellas y les impusieran las manos.

El encuentro vocacional es el segundo que las Comunidades Neocatecumenales de Centroamérica organizan ante las dificultades que los jóvenes de la región tienen para asistir al Encuentro Mundial de Jóvenes que Benedicto XVI realizará en Sydney durante julio próximo.

Las delegaciones más numerosas que asistieron a  Managua fueron la nicaragüense con diez mil y la de los salvadoreños con 3.500. A ellos se sumaron cientos de costarricenses, hondureños y guatemaltecos.  

Todos los jóvenes asistentes ondeaban sus banderas y cantaban salmos desde su llegada al descampado ubicado a un costado de la Catedral de Managua dedicada a la Purísima, patrona de Nicaragua. Pero quienes destacaron por su entusiasmo y ritmo pegajoso fueron las delegaciones menos numerosas de República Dominicana y Puerto Rico.

Los jóvenes que llegaron del extranjero se alojaron en escuelas y con familias de Managua, León, Chinandega y otros municipios del interior del país.  

En los pueblos y ciudades donde fueron acogidos también celebraron la eucaristía y, a pesar de las altas temperaturas, caminaron por las calles portando pancartas con imágenes de la Virgen María, cantando salmos al ritmo de guitarras, panderetas y tambores y ondeando sus banderas.

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ZENIT Staff

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