Chiara Lubich en la catedral de Ginebra, símbolo del calvinismo

El amor evangélico, clave para avanzar en la unidad entre los cristianos

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GINEBRA, 25 octubre 2002 (ZENIT.org).- El diario más importante de Ginebra ha presentado la celebración ecuménica en la que este domingo participó Chiara Lubich como un testimonio sorprendente y lleno de esperanza en la ciudad de Calvino.

En la austera catedral de San Pedro de Ginebra, ante más de dos mil personas, la fundadora del Movimiento de los Focolares pronunció una conferencia en el centro de la Mesa de la Santa Cena, acompañada por el presidente de la Iglesia protestante de Ginebra.

«Hoy –dijo el pastor protestante Joel Stroudinsky en el centro de irradiación de la Reforma protestante–, ante obispos de diferentes Iglesias y países, representantes de organismos ecuménicos, entre quienes se encuentra el cardenal Miloslav Vlk (arzobispo de Praga), tenemos que ser testigos del Evangelio, de la fuerza de la Palabra que transforma al mundo en sus múltiples aspectos: social, económico y político».

Luego presentó a Chiara Lubich como testigo de la acción del Espíritu de Dios en el mundo.

La intervención de la fundadora de los Focolares comenzó mencionando la fiesta del 3 de noviembre, aniversario de la Reforma.

Esta fecha, añadió Chiara Lubich, «recuerda a todas las Iglesias la urgencia de esa continua reforma», subrayada por el Concilio Vaticano II.

Habló, en este sentido, de la acción del Espíritu, que a través de la historia ha suscitado siempre nuevas corrientes espirituales para hacer renacer una vida evangélica radical, suscitando nuevos carismas.

A la luz de esta visión, analizó el panorama internacional marcado por las crecientes diferencias entre países pobres y ricos y por el terrorismo para lanzar un llamamiento a vivir radicalmente ese amor que sabe dar la vida.

Sólo este testimonio hace que los cristianos sean creíbles y ofrezcan ese amor que tanto necesita el mundo.

«Esta es la Reforma de las reformas que el Cielo nos pide. Es el primer paso necesario hacia la fraternidad universal. El mundo creerá, de hecho, cuando estemos unidos», concluyó.

Este lunes Chiara Lubich participará en un debate público sobre «Espiritualidad y comunión» y en un intercambio de puntos de vista sobre espiritualidad y procesos socio-económicos y políticos, ambas iniciativas convocadas por el Consejo Ecuménico de las Iglesias.

El tema de la «espiritualidad de la unidad», que abraza todos los ámbitos de la vida, está en el centro del mensaje de Chiara Lubich y es de gran interés para los organismos que la invitaron a Ginebra: el Consejo Mundial de las Iglesias, afirma un comunicado de esta institución.

El reverendo Konrad Raiser, secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias, dirigiendo la invitación a Chiara Lubich, subrayaba su «contribución vital al movimiento ecuménico».

Afirma que «sus numerosas iniciativas no sólo en el campo espiritual y religioso, sino también en el ámbito político, económico y social, demuestran la potencialidad del testimonio común y la necesidad del compromiso para recomponer la comunión».

«Todo esto –agrega Raiser– pone en evidencia la importancia de la espiritualidad en el contexto actual y su preciosa y decisiva contribución no sólo para la unidad de las Iglesias, sino de la entera familia humana» .

La visita de Chiara Lubich a Suiza coincide con el encuentro anual ecuménico internacional de los obispos amigos del Movimiento, promovido por el cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga. Los obispos estarán presentes en los varios acontecimientos previstos durante la visita de Chiara Lubich a Ginebra.

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ZENIT Staff

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