Chile: El cardenal Errázuriz aplaude la abolición de la pena de muerte

El presidente de los obispos defendió el derecho a toda vida humana

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SANTIAGO DE CHILE, 1 junio 2001 (ZENIT.org).- Tras la firma de la nueva ley que suprime la pena capital, por parte del presidente Ricardo Lagos, el pasado 30 de mayo, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, presidente de la Conferencia Episcopal chilena, se congratuló públicamente el mismo día y dijo que los obispos «celebran» esta decisión. La pena de muerte se conmuta en el código penal por la cadena perpetua.

A comienzos de este año, el Congreso chileno decidió poner fin a la máxima pena. Bajo esta ley, 57 chilenos fueron ejecutados en el siglo XX. La ley fue abolida por el Congreso el pasado 3 de abril, decisión confirmada por el Senado el pasado 2 de noviembre.

Al ser un castigo irreversible por el que cualquier error judicial no podía ser recurrido, la dignidad de la persona humana está completamente en peligro, dijo el cardenal Errázuriz, refiriéndose a la pena capital. El cardenal alabó al Congreso y al Presidente por «dar este importante paso hacia la protección de la vida de la persona humana».

Dado que los chilenos está preocupados por el incremento de los delitos violentos en el país, el Congreso ha previsto también penas más duras. Por ejemplo, los delincuentes podrán ser condenados a 40 años sin posibilidad de salir en libertad provisional. En la actualidad, podían salir en libertad provisional cuando habían cumplido 20 años de condena.

El código penal chileno contemplaba la pena de muerte (por pelotón de ejecución) en los casos de homicidio de un miembro de la familia, secuestro de niños o violencia contra ellos, secuestro de adultos que hubiera provocado la muerte y homicidio de agentes de policía.

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ZENIT Staff

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