Chile: multitudinario homenaje a san Juan Pablo II en Bajos de Mena

Más de cinco mil fieles se congregaron bajo la imponente estatua del Pontífice polaco, en el nuevo parque de Puente Alto, que este domingo fue bendecida por el cardenal Ricardo Ezzati

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“Este es el homenaje de Chile al Papa que nos visitó, al Papa que trabajó por la paz en nuestro país, al Papa que nos dijo que el amor es más fuerte, que los pobres no pueden esperar más, al Papa que nos ha indicado a Jesús como el camino de la vida, de la verdad, del gozo”, expresó el cardenal Ricardo Ezzati antes de comenzar la Eucaristía de la octava de Pascua, en el marco de la bendición de la escultura de bronce de 13 metros de altura, donada por la Universidad de San Sebastián a la Iglesia de Santiago, instalada este domingo en la nueva área verde del sector de Bajos de Mena.

La fiesta, que congregó a más de cinco mil fieles, coincidió con el día de la canonización en Roma del Papa que visitó Chile en 1987, y a ella asistieron diversas autoridades, desde el alcalde de Puente Alto, Germán Codina, el senador Manuel José Ossandón, hasta el Intendente Claudio Orrego.

Según informa la página web de la Conferencia Episcopal de Chile, junto al arzobispo de Santiago estaban también el padre Miguel Hoban, vicario episcopal de la Zona del Maipo, el padre Fernando Ramos, recientemente creado obispo auxiliar de Santiago, el padre Héctor Gallardo, vicario general de Pastoral, y el padre Rodrigo Tupper, vicario general y moderador de la Curia, entre otros.

“Se me había propuesto ir a Roma en este día”, dijo el purpurado chileno durante su homilía, “pero yo he querido quedarme para celebrar con ustedes, aquí en Puente Alto, este acontecimiento de gracia”, aseguró el arzobispo de Santiago de Chile, desatando la alegría y el aplauso de todos los presentes.

“La figura de San Juan Pablo II es una semilla, que baja al suelo de este sector que ha sido probado por tanto dolor y abandono”, continuó. “Hoy día aquí el Papa viene para quedarse con ustedes, para ser una semilla de justicia, fraternidad y paz, que haga fructificar una comunidad donde todos se puedan sentir de verdad hermanos y hermanas y puedan compartir la dignidad de hijos de Dios que nos ha sido regalada en la Pascua del Señor”.

“El Papa quería quedarse en medio de los pobres”, sostuvo Mons. Ezzati. “Cuando visitó Chile, quiso estar con los pobres en La Bandera, y allí compartió una taza de té y un pedazo de pan amasado. Ese fue el lugar que había escogido para encontrarse con los privilegiados de su corazón. Y éste es el lugar que ha escogido para quedarse en el corazón de Chile. Aquí, en Bajos de Mena, en medio de ustedes, el Papa ha querido quedarse para siempre”.

“Que este lugar, animado por la comunidades cristianas, se vuelva un lugar donde la fe se renueva, donde la fe se hace más fuerte”, pidió, porque “solamente Jesús puede asegurarnos que nuestro futuro tendrá cimientos sólidos, solamente el Evangelio de Jesús nos ayudará a construir esa comunidad de hermanos, esa gran mesa en la cual tiene que haber cabida para todos, especialmente para los más necesitados”.

Tras agradecer a toda la comunidad y autoridades locales, por el esfuerzo que significó la construcción del parque Juan Pablo II, el cardenal arzobispo de Santiago contó a la multitud que le comunicó al papa Francisco que se llevaría a cabo la fiesta de bendición de la estatua, e invitándolo a visitar Santiago, le dijo “Santo Padre, lo esperamos en Bajos de Mena, porque allí un predecesor suyo ha querido quedarse en el corazón de la gente”, reveló, y agregó que “ojalá, dentro de un año y medio o dos, cuando llegue a visitarnos el papa Francisco, podamos tener un encuentro tan maravilloso como el de hoy”.

Al término de la Eucaristía se entregaron algunas ofrendas. Daniel Cordero, el artista a cargo de la estatua, ofreció algunos de sus instrumentos de trabajo, como símbolo de que se pueden colocar los talentos propios al servicio de la fe. Una familia del sector llevó alimentos no perecederos en señal de solidaridad. El alcalde Codina, una bandera de Argentina y otra de Chile, en recuerdo de la mediación por la paz que realizara San Juan Pablo II.

La instalación de la estatua de bronce del nuevo santo en otra plaza del capitalino barrio Bellavista había sido rechazada cinco años atrás por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN) debido a su gran tamaño. 

La Universidad de San Sebastián, que financió la construcción de la imagen de 13 metros de altura (7,5 metros la figura y 6 m la base), tuvo varias peticiones de otros municipios para quedarse con ella, pero finalmente fue donada al Arzobispado de Santiago, que decidió instalarla finalmente en el sector de Bajos de Mena.

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ZENIT Staff

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