La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó este sábado su proyecto de ley de aborto,de acuerdo al programa expuesto en la campaña electoral. La Iglesia católica se ha opuesto a la despenalización de la interrupción del embarazos, incluso en los casos de riesgo para la vida de la madre, la inviabilidad fetal, y la violación.
Además indicó que no aceptará practicar abortos en sus estructuras sanitarias que dan asistencia a la población, aunque la propuesta del Gobierno indique que las instituciones deberán realizar los abortos; y aunque limite fuertemente la objeción de conciencia. El proyecto de ley del Gobierno comenzará a ser discutido en marzo en el Congreso, después de las vacaciones de febrero.
El rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, fue categórico: “Si hay médicos de la Red de la Universidad Católica disponibles a hacer abortos, deberán ir a trabajar a otros lugares”. Y que por lo tanto «en nuestra Red UC Christus no se harán abortos, nuestros principios y valores no van a cambiar por un determinado proyecto de ley. Esto es definitivo” dijo.
De otro lado, el miécoles pasado una de las directoras en Chile del Proyecto Esperanza, Elizabeth Bunster, encontró al Santo Padre en la audiencia y le expuso el trabajo que realizan, acompañando a las mujeres que han abortado en un proceso de perdón y sanación.
Lo indica la página web de la Conferencia Episcopal de Chile que precisa como durante 15 años, Elizabeth Bunster ha acompañado el dolor de mujeres que vivieron un aborto. “Algunos –dijo Bunster– lo ven como una solución, pero no es así, en todos estos estos años hemos visto y sentido el dolor permanente que sufren muchas de las mujeres que abortan. No es que sea un recuerdo doloroso; es un dolor constante, una herida abierta, porque cada momento tiene un conector con la ausencia de ese hijo”.
El Papa, luego de escucharla atentamente al finalizar la audiencia, manifestó que esa era una preocupación que lleva en su corazón y las animó a seguir trabajando.
“Para nosotros fue una bendición. Sabemos del dolor de muchas mujeres que sufren en silencio y este ‘sigan trabajando’ –que incluso cuando se alejaba nos reiteró– lo entiendo como un mensaje de que tenemos que proteger en nuestro país la gran riqueza que es el resguardo total a la vida, desde la concepción, y no aceptar el aborto bajo ni una circunstancia, pero especialmente por todo el dolor que causa a la mujer, como una secuela que le quita la paz y la alegría”, dijo.
“Ese es llamado que hay que hacer a nuestro políticos, a nuestros parlamentarios, a que no consideren al ser humano como el problema al que hay que eliminar sino que al contrario, buscar dar apoyo concreto a la mujer con un embarazo en situaciones críticas. Nunca una madre va a esperar que una ley, una sociedad, le entregue como solución la muerte. La madre siempre va a tener la esperanza, incluso en las circunstancias más difíciles, de poder salir adelante, pero lo que no podemos sumar a una situación difícil, traumática, como por ejemplo una violación, darle otra alternativa que lo que va a hacer es sumarle un segundo trauma”, explicó.
Además la activista chilena le entregó el libro “Señor, ¿dónde está mi hijo?”, con una serie de testimonio de mujeres y hombres que han sufrido el aborto.
La preocupación de la asistente social Elizabeth Burnster nació hace 30 años. Ya en el año 83, siendo estudiante universitaria, con su actual marido Raúl Díaz, con quien tiene 7 hijos y junto a otros compañeros fundaron un hogar para acoger mujeres embarazadas, luego que una de sus mismas compañeras no tuviera quien la apoyara en una situación compleja de embarazo y abortara.
Elizabeth también la coordinadora de una nueva instancia de apoyo a embarazos vulnerables, la “Coordinación Chile es Vida” (www.chileesvida.cl), que reúne más de 70 iniciativas de norte a sur.
