China: cancelada una ordenación episcopal por el arresto del candidato

Un sacerdote fiel a Pekín es ordenado obispo sin la aprobación del Papa

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HONG KONG, viernes 1 de julio de 2011 (ZENIT.org).- El arresto de un sacerdote fiel a Roma, este domingo 26 de junio, impidió su ordenación episcopal, acordada por el Vaticano y por Pekín para el día 29 de junio, día en que precisamente fue ordenado un obispo fiel a la Iglesia católica oficial china sin la aprobación de la Santa Sede.

El sacerdote detenido, que todavía se encuentra en paradero desconocido, Joseph Sun Jigen, iba a convertirse este miércoles en obispo coadjutor de Handan, Hebei, en el norte de China.

Pero este obispo electo de 43 años fue detenido por la policía tres días antes del día previsto para ser consagrado obispo, justo cuando había finalizado un retiro espiritual de cinco días, informó la agencia AsiaNews.

Su ordenación episcopal había sido aprobada por la Santa Sede y reconocida por el Gobierno chino.

En los últimos días, representantes diocesanos habían estado negociando con oficiales de las autoridades locales y provinciales sobre la organización de la ordenación episcopal, pero no lograron llegar a un acuerdo.

En este difícil contexto, el obispo de Handan, que iba a ordenar al sacerdote detenido y que tiene ya 89 años, sufrió un ataque al corazón y tuvo que ser hospitalizado en Weixian, en Hebei.

Mientras tanto, el mismo día que iba a celebrarse esta ceremonia, tuvo lugar en la iglesia Nuestra Señora del Rosario de la ciudad de Emeishan, en la provincia de Sichuan, la ordenación del obispo de Leshan, Paul Lei Shiyin.

La consagración episcopal se celebró por decisión de la Asociación Católica Patriótica China y sin la aprobación de la Santa Sede.

Según Vatican Insider, el obispo Lei es vicepresidente de la asociación china de católicos patriotas y diputado de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un importante órgano asesor del Gobierno. Fruto de una relación con una mujer, tiene un hijo.

El mismo miércoles 29 de junio por la noche, un centenar de católicos encabezados por el obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen, llevaron a cabo una protesta en el exterior de la oficina del Gobierno central de China en Hong Kong.

Condenaban el trato inhumano del régimen comunista al clero y pedían la liberación de los miembros de la Iglesia detenidos.

Llevaban pancartas, carteles y una gran cruz y cantaron himnos. También colocaron unas cintas amarillas cada una de ellas con el nombre de un clérigo desaparecido o detenido, y depositaron una carta en la puerta de la oficina.

Instaron al Gobierno a investigar los casos de sacerdotes torturados y exigieron disculpas y compensaciones.

Un portavoz de este grupo, Patrick Poon, declaró que los católicos de Hong Kong se han visto “forzados a salir a la calle” porque “los derechos humanos, en concreto la libertad religiosa” de los católicos chinos “ha sido gravemente violada llegándose a una situación intolerable”.

Poon se refirió a la “triste y lamentable ordenación ilícita” que tuvo lugar en Leshan y mencionó la ordenación legítima que estaba previsto celebrar en Handan pero tuvo que anularse.

“La obstinación del Gobierno chino de continuar las ordenaciones ilícitas es una grave muestra de falta de respeto a la Iglesia y crea división y dolor”, añadió.

Los manifestantes católicos celebraron después una misa presidida por el cardenal Zen en una capilla cercana, con la liturgia de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo y oraciones por los que sufren y son perseguidos en China.

El evento fue organizado por la Comisión Justicia y Paz de la diócesis de Hong Kong.

E lleva en paradero desconocido 14 años desde su desaparición en 1997.

Los manifestantes católicos pidieron la liberación de todos los desaparecidos, entre los que se encuentran los obispos Su Zhimin de Baoding (en paradero desconocido desde hace 14 años) y Shi Enxiang de Yixian y el padre Lu Genjun de Baoding.

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ZENIT Staff

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