China: La diócesis de Cangzhou recuerda a sus mártires

Al celebrar los 150 años de vida

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ROMA, miércoles, 7 junio 2006 (ZENIT.org).- El 150 aniversario de la fundación de la diócesis de Cangzhou (Xianxian), en China, ha servido para impulsar el esfuerzo misionero de la comunidad católica, según afirman sus responsables.

Según informa «Eglises d’Asie», la agencia de Misiones Extranjeras de París, el 6 de mayo pasado, monseñor Joseph Li Liangui, obispo «oficial» y también «legítimo» de la diócesis de Cangzhou, en la provincia de Hebei, inició las ceremonias del 150 aniversario de la fundación de su diócesis.

El acontecimiento tuvo lugar en el cementerio católico d Xianxian, también conocido como Colina de Yuntai, donde ha sido erigido recientemente un pequeño monumento en memoria de los fundadores de de la diócesis.
En el cementerio se encontraban las tumbas de cinco obispos franceses, de un obispo chino y de un gran número de misioneros extranjeros y sacerdotes chinos.

Todas fueron destruidas durante la Revolución Cultural (1966-1976). Usando el cirio pascual de la catedral para encender una antorcha gigante, de dos metros de altura, el obispo hizo un llamamiento a los sacerdotes y a los fieles a continuar el esfuerzo misionero emprendido hace más de 150 años en la región.

En enero pasado, en una carta pastoral, monseñor Joseph Li, de 44 años, invitó a sus diocesanos a prepararse para este jubileo.

Los misioneros franceses, que «trajeron a esta tierra las semillas de la luz y de la verdad», fundaron la diócesis en 1856. «Hoy, ha llegado la hora de escribir nuevas páginas de la historia de nuestra diócesis. Animados por un espíritu inquebrantable, hemos heredado de nuestros predecesores la semilla de la Buena Noticia», escribía el obispo, ordenado en marzo de 2000.

Acompañada por reliquias de santos, incluidas reliquias de santa Teresa de Lisieux, la antorcha pasará de parroquia en parroquia durante cinco meses, simbolizando la luz de Cristo propagada por la región, antes de regresar a la catedral el 15 de octubre próximo.

A principios de octubre se celebrará una asamblea de representantes de la diócesis y culminará con el bautismo de 150 catecúmenos. Paralelamente, tendrá lugar, los días 12-13 de octubre, un coloquio universitario sobre evangelización

Conocida por su gran número de vocaciones sacerdotales y religiosas, la diócesis de Cangzhou cuenta en la actualidad con más de doscientas parroquias y 75.000 fieles. Su obispo se apoya en un centenar de sacerdotes y 227 religiosas. Unos ochenta seminaristas estudian en el seminario intermedio de la diócesis, antes de ir al seminario regional de Shijiazhuang.

La Santa Sede creó la diócesis en 1856, escindiendo la misión católica de Tcheli (Zhili, nombre de una provincia hoy desaparecida) en tres territorios. El vicariato sudeste de Tcheli fue confiado a los jesuitas franceses, y en 1924 tomó el nombre de vicariato de Xianxian. Elevada al rango de diócesis en 1946, Xianxian fue rebautizada con el nombre de Cangzhou en 1981, en el marco de la política de las autoridades tendente a hacer coincidir el mapa de las diócesis con el de las circunscripciones administrativas.

Catorce de los 120 mártires de China, canonizados en Roma el 1 de octubre de 2000, son de la diócesis de Xianxian, una tierra especialmente probada durante la revuelta de los boxers, en 1900. Cuatro sacerdotes y 5.153 fieles encontraron la muerte a raíz de esta revuelta dirigida contra la presencia occidental en China. Durante la misa celebrada en el cementerio católico, se dio relevancia especial a la letanía de los santos.

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ZENIT Staff

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