China libera a dos sacerdotes, pero no al obispo Jia Zhiguo

PEKÍN, jueves, 24 noviembre 2005 (ZENIT.org).- Dos sacerdotes católicos han sido puestos en libertad por la seguridad pública de la provincia de Hebei el lunes pasado, al día siguiente de la finalización de la visita del presidente estadounidense George W. Bush a China, pero el obispo Julio Jia Zhiguo permanece retenido.

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Se trata del padre Li Suchuan, de 40 años, y del padre Yang Ermeng, de 35 –confirman fuentes de Hebei a «AsiaNews»–, ambos arrestados el pasado 7 de noviembre, la víspera de la detención de su obispo, monseñor Julio Jia Zhiguo, obispo de Zhengding.

Los tres pertenecen a la Iglesia «no oficial». En China el gobierno permite la práctica religiosa sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP). De ahí la diferencia que afirman entre una Iglesia «oficial» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».

Los dos sacerdotes católicos han regresado a sus parroquias en los pueblos de Zhoujiazhuang y de Zhoutou.

En cambio las mismas fuentes de Hebei confirman a la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras que el prelado aún no ha sido liberado, sino que se encuentra encerrado en un alojamiento, sometido a una «sesión de estudio».

«Así se llaman los repetidos intentos de las autoridades de convencer al obispo de que se adhiera a la Asociación Patriótica –explica la agencia–. No se conoce la duración de la “sesión”».

Consagrado obispo en 1980, el obispo «no oficial» de Zhengding –de 71 años– ha vivido casi todo su ministerio episcopal bajo arresto domiciliario y una veintena de años en prisión. En su casa se dedica a atender a cien huérfanos discapacitados. Esta es por lo menos la novena vez que es arrestado desde enero de 2004.

La diócesis de Zhengding es una de las más vivas de Hebei, la zona de mayor concentración de católicos con aproximadamente un millón y medio de fieles.

A veces, en ocasiones de importantes reuniones del Partido o de visitas de jefes de Estado y personalidades extranjeras, el obispo de Zheng Ding es detenido y aislado en lugares desconocidos.

Igual ocurre antes de momentos litúrgicos señalados –Navidad, Epifanía, Pascua, Pentecostés, la Asunción–: también es secuestrado y sometido a adoctrinamiento para prevenir celebraciones y reuniones de cristianos «clandestinos».

Informaba recientemente «AsiaNews» de que «ante el temor de que la visita de Bush fuera utilizada como caja de resonancia para enviar al mundo mensajes y peticiones, el gobierno chino arrestó al obispo Julio Jia Zhiguo y a algunos sacerdotes».

«Algunos pastores protestantes clandestinos, como Hua Huiqi y Zhang Mingxuan, también fueron trasladados a la fuerza a Sichuan y a Henan, a miles de kilómetros de Pekín –revelaba–. Los dos pastores son famosos campeones de la defensa de la libertad religiosa y de los derechos humanos y la democracia».

El mismo día de la liberación de los sacerdotes católicos, fueron puestos en libertad también Zhang Mingxuan y su hijo: ambos detenidos y conducidos forzosamente el 18 de noviembre a Henan.

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ZENIT Staff

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