ROMA, lunes, 5 febrero 2007 (ZENIT.org).- «Devolver la esperanza al mundo en Alguien que no engaña nunca» es el objetivo con el que nació -hace cuatro décadas- el Movimiento «Gen», «generación nueva» de los Focolares, como ha recordado la fundadora de éste, Chiara Lubich, a jóvenes de todo el mundo.
2007, año del 40º aniversario, no es para los «gen» un simple aniversario, sino que marca una nueva etapa, con la consigna de Chiara: «Estad en camino. “Siempre en Camino”. Pero el Camino es Jesús. Que este 40º [aniversario] comprometa todavía más al Movimiento Gen a vivir con Jesús como compañero de viaje», explica un comunicado del martes pasado del movimiento.
«Así daréis inicio, desde el rincón del mundo donde os encontréis, a ese vuelco decisivo e indispensable que debe dar la humanidad», les propone Lubich.
El mensaje de la fundadora del Movimiento de los Focolares se envió en directo, a nivel mundial, sintetizando la tarea de los «gen», nacidos en plena contestación juvenil.
El 40° aniversario del Movimiento Gen se celebró con un evento a nivel planetario que vinculó, en una única red, a los jóvenes que viven la espiritualidad de la unidad desde Tierra Santa a Filipinas, Brasil, Sudáfrica, Corea, los Estados Unidos, Egipto, Uganda o Tanzania.
En total 44 países estuvieron presentes en la cita a través de una conexión vía satélite.
Se celebraron 23 congresos simultáneamente.
Sólo en Roma, se reunieron para la ocasión más de dos mil jóvenes procedentes de toda Europa y una representación de los otros continentes.
A estos jóvenes de todo el mundo les lanzó Chiara Lubich el desafío de llegar a ser «atletas de Dios, héroes del Evangelio, testigos de la verdad, demostración de que Dios es plenitud, felicidad, paz, belleza, riqueza, abundancia, amor, misericordia, confianza».
Con particular alegría se vivió el momento del saludo de Benedicto XVI a un grupo de «gen» que participó en la audiencia del miércoles 10 de enero, como conclusión de su congreso.
El Movimiento Gen nació en 1967 proponiendo a los jóvenes de todo el mundo una revolución pacífica que cambie los corazones, y a partir de allí incida en la sociedad, renovando las estructuras, llevando por doquier la vida del Evangelio.
«Ésta es la revolución que nosotros queremos hacer: ni occidente nos agrada ni oriente nos agrada; no nos gusta ni el capitalismo ni el comunismo, nos gusta el Cristianismo, nos gusta el capital de Dios», ha sido uno de los temas fundamentales del Movimiento Gen.
A lo largo del tiempo, con el crecimiento del Movimiento de los Focolares, entre los gen han llegado también cristianos de otras Iglesias y jóvenes seguidores de otras religiones.
Se encuentran también en zonas en conflicto, como en Tierra Santa, Irak y Colombia, dispuestos a dar testimonio con la vida de una cultura de paz.
Se calcula que actualmente son 18.000 en todo el mundo.
Son animadores del Movimiento «Jóvenes por un mundo» (http://www.mondounito.net). Junto a ellos y a muchos otros jóvenes, se comprometen a construir por doquier «fragmentos de fraternidad», dan vida a acciones que inciden en la opinión pública y trabajan para dar respuesta a las desigualdades sociales existentes en sus países.
Se engloban en el Movimiento de los Focolares (http://www.focolare.or ), fundado por la laica italiana Chiara Lubich en 1943, con su nexo vital en la espiritualidad de la unidad que procede del Evangelio.
El Movimiento de los Focolares está difundido en 182 países; abraza a algunos millones de personas entre miembros y simpatizantes de toda edad y condición, raza, cultura, vocación y credo.
