Colombia: concluye el III Congreso Mundial de la Misericordia

El cardenal Errázuriz Ossa, enviado del Papa recordó que ‘para ser misioneros de la misericordia es necesario ser hijos de la misericordia’

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«En la Iglesia todas las comunidad tienen la vocación de vivir la gracia de la misericordia divina y de ser misericordiosas». Así, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile, ha clausurado como enviado especial del Papa, el tercer Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (Wacom III), celebrado en Bogotá del 15 al 19 de agosto.

Al invitar a reflexionar sobre algunas orientaciones ofrecidas por el papa Francisco, el purpurado afirmó que «no seremos nunca misioneros de la misericordia si no llegamos a ser hijos de la misericordia», indica la nota publicada por el Osservatore Romano. Por esto, el Pontífice invita continuamente a considerar que Dios nos ama primero, desde el inicio, y no se cansa de tomar siempre la iniciativa. Así, el cardenal añadió que «nos ama primero, y con amor de misericordia, sin cansarse de perdonar. Su amor despierta nuestro amor, que es siempre una respuesta al suyo, y la inclinación a amar como Él nos ama».

A continuación, el cardenal recordó que el papa Francisco usa para describir esta actitud de Dios un neologismo porteño: «Dios nos primerea». Es decir, «nos anticipa, nos está esperando». Y así, ha evidenciado que «los que han experimentado que Dios, en su inconmensurable misericordia, nos ha amado primero, saben ir adelante, tomar la iniciativa sin miedo, ser ‘Iglesia en salida’ hacia las periferias geográficas y existenciales, con un deseo inagotable de ofrecer misericordia».

El arzobispo emérito de Santiago de Chile también señaló que Juan Pablo II «puso la misericordia al centro de su vida espiritual, de su testimonio apostólico y de su magisterio». El papa Wojtyła, ha afirmado «proclamaba proféticamente que ‘en la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre la felicidad'».

Después de haber observado que en nuestra sociedad, con sus contradicciones, sus dificultades y sus violencias, parace ser hostil a la fe cristiana, el enviado del Papa al Bogotá también subrayó que «en el plano de Dios todo esto no es decisivo y hay otros signos para tener en cuenta en la época en la que vivimos. Por otro lado, nuestro tiempo actual, ‘no nos permite permanecer indiferente'». De aquí, la invitación a «vivir y a trabajar para que nuestro tiempo sea el tiempo de la misericordia, para que nuestras culturas sean fundadas en el amor infinito de Cristo, de la sabiduría del Evangelio, de la espiritualidad y de la obra de la misericordia».

El III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (World Apostolic Congress On Mercy WACOM) ha contado con la presencia de 4 cardenales, 7 obispos y unos 50 sacerdotes y gran número de religiosos y laicos venidos de distintas partes del mundo. El WACOM III comenzó oficialmente con la conferencia «La Misericordia Divina nuestra misión», del cardenal Christoph Shönborn, presidente del patronato de la Misericordia. El purpurado mencionó  las palabras del papa san Juan Pablo II sobre la misericordia, e invito a la práctica de la misericordia siguiendo las enseñanzas de Jesús en la parábola del buen samaritano y el encuentro con la samaritana. Asimismo, subrayó que «la misericordia es una gran oportunidad para la Iglesia, para nuestros países y para el mundo, recordando las palabras de santa Faustina tomadas también por el papa Juan Pablo II: ‘La humanidad no encontrará la paz hasta que no venga a mí misericordia'».

Por otro lado, el Congreso contó con la presencia de más de 10 reliquias de santos de la Iglesia Católica y la de tres beatos. Entre otras, estuvieron la reliquia de Santa Faustina Kowalska, la de San Juan Pablo II, la reliquia del Santo Cura de Ars, así como la de los beatos Miguel Sopocko confesor de Santa Faustina, la de los beatos Francisco y Jacinta de Fátima.

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ZENIT Staff

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