Colombia: Expertos valoran la labor de la Iglesia por la paz

Los obispos estudian todos los frentes violentos del país y posibles soluciones

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BOGOTÁ, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- En su nonagésima Asamblea Plenaria, los obispos de Colombia celebraron varias mesas redondas para analizar diversos aspectos del conflicto en este país tales como las causas históricas, la caracterización y costos humanos, éticos, psicológicos y económicos del mismo.

En un primer panel –informa la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC)–, el siete de febrero, participaron monseñor Nel Beltrán Santamaría, obispo de Sincelejo; Alejo Vargas y Claudia López,
analistas reconocidos de la realidad y el conflicto colombiano.

Los panelistas hicieron un llamamiento a tener en cuenta que Colombia afronta simultáneamente varios conflictos, uno es el conflicto armado. Según cálculos oficiales, éste causa el diez por ciento del total de muertes violentas anuales.

También se recordó el papel que juega el narcotráfico, cuyos ingresos financian los grupos ilegales y repercuten en la violencia que se vive tanto en las zonas urbanas como en las rurales. Se subrayó la necesidad de brindar alternativas laborales a los jóvenes, para reducir la posibilidad de que sean reclutados por los grupos armados ilegales.

El 8 de febrero, en otra mesa redonda, participaron Francisco de Roux SJ y Maria José Torres, de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas. Con estos expertos, se estudiaron aspectos diversos ligados al conflicto armado y social en Colombia.

Se recalcó que el conflicto sigue vinculado al narcotráfico y a situaciones como la lucha por el control de los corredores de coca en regiones como el Bajo Cauca, el sur de Bolívar y el norte de
Santander.

También se aludió a la vinculación de menores de edad a los grupos armados ilegales. Se calcula que entre el 20 y el 30% de los integrantes de esas organizaciones son niños y niñas, que fueron reclutados en promedio con 13 años.

Se analizó lo que significan para Colombia factores como la pérdida de vidas humanas, el pago de secuestros, el aumento de los gastos en seguridad y defensa, todos los cuales derivan en un menor crecimiento del PIB.

Ese mismo día, en otro panel, se presentaron las aportaciones de la Iglesia y de la Conferencia Episcopal a la solución de las diversas facetas del conflicto colombiano.

Participaron en este espacio el arzobispo de Popayán Iván Marín, vicepresidente de la CEC; el arzobispo de Tunja Luis Augusto Castro y Rosa Inés Floriano, coordinadora de la Sección de Vida, Justicia y Paz, del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS/Cáritas Colombiana).

Se recordaron iniciativas de la Iglesia tales como los diálogos pastorales con grupos armados ilegales, el trabajo de la Comisión de Conciliación Nacional, las gestiones humanitarias en diversas situaciones, así como los encuentros para sacerdotes, religiosos y religiosas que trabajan en zonas de conflicto.

Se analizaron los desafíos del trabajo para responder a los conflictos existentes y la manera de armonizar los diversos procesos seguidos desde la Iglesia Católica, para encaminarlos hacia el logro de la paz en Colombia.

En un cuarto foro, el 9 de febrero, participaron Augusto Ramírez, ex canciller y miembro de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN); Jaime Bernal, exprocurador de la Nación que participó  en diversos procesos en favor de la paz y León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI) y analista de la realidad y el acontecer nacional.

Los panelistas recordaron el trabajo por la paz, en los gobiernos de Ernesto Samper y Andrés Pastrana, como la creación de la CCN y de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, al igual que las gestiones humanitarias desarrolladas por instancias como la Comisión de Conciliación, que permitieron la liberación de setenta miembros de las Fuerzas Armadas, en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Plantearon interrogantes como la relación del narcotráfico y el conflicto, las opciones laborales para los combatientes, en caso de una eventual desmovilización de las FARC y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN); las causas de la violencia actual, y la pertinencia de la metodología que han venido teniendo los diálogos en los últimos años.

Los tres expertos destacaron el trabajo de la Iglesia y la importancia de su papel en la solución del conflicto colombiano, dado su reconocimiento y aceptación como facilitadora.

Por la tarde, se contó con la presencia de Lena Nordstrom, embajadora de Suecia en Colombia; Monseñor Héctor Fabio Henao, director del SNPS/Cáritas Colombiana. Y Bruno Moro, coordinador Residente de Naciones Unidas en Colombia.

Se recordó la importancia de los diálogos humanitarios, como posibilidad para acercarse a posibles dialogos de paz, y como forma pacífica de coordinar la ayuda humanitaria en territorios con presencia parcial de grupos armados ilegales, en situaciones como la reciente temporada invernal y los daños causados por ésta en varias regiones de Colombia.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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