Comentario del papa a la realeza de Cristo

Benedicto XVI recomienda a todos la Liturgia de las Horas

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 16 de noviembre de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI, en la Audiencia de este miércoles, ha cerrado el ciclo sobre el Salterio con un comentario a la realeza de Cristo y ha invitado a los fieles a rezar la Liturgia de las Horas.

El papa ha tomado el salmo 109 o 110, según una u otra tradición, como uno de los salmos “reales” más conocidos, que Jesús mismo citó y que los autores del Nuevo Testamento aplicaron al Mesías.

Esta oración estaba inicialmente vinculada con la entronización de un rey davídico pero, dijo el papa, su sentido va más allá.

La glorificación real, expresada en el salmo, ha sido asumida por el Nuevo Testamento como profecía mesiánica.Pedro lo retoma en su discurso en Pentecostés anunciando que, en la Resurrección de Cristo, se realiza esta entronización del rey.

“Entre el rey celebrado en este salmo y Dios existe una relación inseparable”, dijo el papa.

“El ejercicio del poder es un encargo que el rey recibe directamente del Señor, una responsabilidad que debe vivir en la dependencia y en la obediencia, convirtiéndose en signo para el pueblo de la presencia potente y providente de Dios”, añadió.

“En el Señor Jesús resucitado y ascendido al cielo, donde se sienta a la derecha del Padre, se realiza la profecía de este salmo”, afirmó el pontífice.

En los versículos finales del salmo, afirma el papa, se abre una visión “del soberano triunfante que, apoyado por el Señor, habiendo recibido de Él poder y gloria, se opone a los enemigos, derrotando a los adversarios y juzgando a las naciones”.

La escena, dijo, “se describe con palabras fuertes, para dar a entender lo dramático del combate y la plenitud de la victoria real. El soberano protegido por el Señor, abate todo obstáculo y va seguro hacia la victoria”.

“Nos dice –añadió–: sí, en el mundo hay mucho mal, hay una lucha permanente entre el bien y el mal, y parece que el mal es cada vez más fuerte. No, más fuerte es el Señor, nuestro verdadero rey y sacerdote Cristo, porque combate con toda la fuerza de Dios y, a pesar de todo lo que nos hace dudar sobre el resultado positivo de la historia, vence Cristo y vence el bien, vence el amor y no el odio”.

“Rezando con este salmo, pidamos al Señor que podamos actuar también nosotros en sus caminos, siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él sobre el monte de la cruz para alcanzar con Él la gloria, y contemplándolo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que da el perdón y la salvación a todos los hombres”, exhortó el papa.

“Queridos amigos –dijo Benedicto XVI–, quisiera ahora renovaros a todos la invitación a rezar más con los salmos, quizás acostumbrándonos a utilizar la Liturgia de las Horas de la Iglesia, los Laudes de la mañana, las Vísperas de la tarde, las Completas antes de ir a domir. Nuestra relación con Dios no podrá sino ser enriquecida en el cotidiano camino hacia Él, cumplido con mayor alegría y confianza”.

Al final de la catequesis, el papa saludó “cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la diócesis de San Cristóbal, Venezuela, acompañados por su obispo, monseñor Mario Moronta, a las religiosas Hijas de María Inmaculada, así como a los grupos provenientes de España, México, Chile, Colombia, El Salvador y otros países latinoamericanos”.

A todo estos grupos les reiteró su invitación “a enriquecer vuestra relación con Dios con el rezo piadoso de los salmos, especialmente en la liturgia de las horas. Muchas gracias por vuestra visita”.

Texto completo de la catequesis en:http://www.zenit.org/article-40917?l=spanish.

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ZENIT Staff

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