Comité de la ONU recomienda prohibir todo tipo de clonación humana

Moderada satisfacción en la Santa Sede tras la adopción de la declaración

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NUEVA YORK, domingo, 20 febrero 2005 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha manifestado moderadamente su satisfacción ante la aprobación este viernes por parte de un Comité de la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU) de una declaración, sin carácter obligatorio, que pide prohibir todas las formas de clonación humana.

La prohibición, adoptada por 71 votos a favor, 35 en contra y 43 abstenciones en la sexta comisión de la Asamblea, incluye también a la llamada clonación «terapéutica», que implica la clonación de un embrión humano para sacrificarlo en aras de la experimentación científica.

Tras esta votación, el texto pasará ahora a la Asamblea General de la ONU para que también se pronuncie sobre él. El resultado de ese voto tendrá un carácter de recomendación, por tanto no vinculante.

El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas ha informado que, en medio de los debates, la Iglesia se declaró a favor de la «prohibición total», «pues, alentada por las promesas de la medicina, que ya prevé la posibilidad de utilizar con éxito células estaminales adultas, no puede tolerar el uso y la destrucción de embriones humanos».

La importancia de esta prohibición, aunque no sea obligatoria, subraya en declaraciones a «Radio Vaticano», queda subrayada «por el hecho de que pide a los Estados que prohíban todas las formas de clonación contrarias a la dignidad humana y a la protección de la vida».

Monseñor Migliore explica que «al final del atormentado debate, se introdujeron tres enmiendas, dos de las cuales buscaban quitar del texto toda referencia a la protección de la vida humana en las técnicas de clonación».

«Precisamente el firme rechazo de estas dos enmiendas, por parte de una mayoría de la asamblea, ha lanzado una señal inequívoca», considera.

«La Santa Sede hubiera estado feliz de ver una adopción consensuada y general del texto que contiene referencias a la protección y a la dignidad de la vida humana», confiesa.

«Sin embargo, es reconfortante la señal lanzada y premiada por la votación. Esperamos que sea el punto de partida para promover sin cesar el progreso de la ciencia médica, teniendo siempre presente y firme el respeto de la vida humana», concluye.

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ZENIT Staff

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