Cómo evitar el «ritualismo» en las celebraciones litúrgicas

Entrevista con el liturgista Dionisio Borobio

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SALAMANCA, 1 julio 2003 (ZENIT.org).- A través de la liturgia, aún susceptible de ser mejorada, la Iglesia expresa la alabanza y la acción de gracias por el amor de Dios a los hombres. Por ello, los fieles deben ser conscientes de la importancia de los ritos y evitar el peligro de vaciarlos de contenido.

En esta entrevista concedida a Zenit, el liturgista Dionisio Borobio aborda el significado de la liturgia, su importancia en las celebraciones y el riesgo del ritualismo.

Autor del reciente libro «Cultura, fe, sacramento» –editado por el Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona (España)–, el profesor Borobio es catedrático de liturgia y sacramentos en la Universidad Pontifica de Salamanca.

Sus obras sobre la celebración en la Iglesia forman parte de los programas de muchos seminarios y facultades de Teología, tanto en España como en otros países.

–¿Cómo explicaría a los fieles qué es la liturgia?

–Dionisio Borobio: Creo que para explicar al pueblo la liturgia se puede partir de las categorías de «celebración», «comunicación», «fiesta», explicitando, como hace el Catecismo, los elementos que implica tanto desde un punto de vista antropológico como litúrgico: «qué» se celebra, «quién» celebra, «cómo» se celebra, «cuándo» se celebra, «dónde» se celebra…

La celebración de la comunidad cristiana, para reconocer en alabanza y acción de gracias que Dios sigue amándonos y salvándonos, se expresa en la Iglesia por medio de la acción litúrgica.

–¿Se ha perdido el sentido de la celebración en la liturgia?

–Dionisio Borobio: Creo que, en general, puede decirse lo contrario: después del Concilio Vaticano II se ha ganado mucho en el sentido celebrativo de la liturgia, entendida como acción común, como participación de la asamblea, como fiesta comunitaria.

También es cierto que siempre nos acechan los peligros del ritualismo, de un cierto «liberalismo», del «folklorismo» litúrgico…

Siempre estamos en deuda con la celebración ideal. Siempre es necesario mejorar la celebración.

–¿Existe todavía la discusión entre liturgistas y pastoralistas sobre qué es prioritario, la evangelización o los sacramentos?

–Dionisio Borobio: Depende de qué se entienda por cada uno de los términos de la pregunta. Pero, en general, creo puede afirmarse que la discusión que existió en otros momentos desde ciertos planteamientos alternativos –o evangelización o sacramentos, o catequesis o rito, o culto o vida, o masa o élite– se ha superado en gran medida.

Toda evangelización es sacramental, y todo sacramento es también evangelizador. El verdadero planteamiento no debe ser «alternativo» sino «conjuntivo».

–Muchas celebraciones no dicen nada a los fieles. ¿Cómo se puede mejorar esta situación?

–Dionisio Borobio: Nadie tiene una solución «mágica» al respecto. Si miramos a los responsables de la celebración, sobre todo el sacerdote, hay que decir que debemos «mejorar la oferta»: la preparación, el talante celebrativo, la capacidad de comunicación y adaptación, etc.

Centrándonos en los fieles participantes, debemos mejorar la iniciación litúrgica, la actitud participativa, la capacidad de interpretación de los símbolos…

Y si miramos a las propias mediaciones rituales –palabras y signos–, hay que añadir que es preciso también mejorar el lenguaje litúrgico y adaptar los signos, en la medida en que sea posible.

–¿Cuánto ha incidido la postmodernidad en el ámbito litúrgico?

–Dionisio Borobio: La respuesta exigiría aclarar qué se entiende por postmodernidad, así como distinguir entre diversos contextos y situaciones. Puede afirmarse que la mentalidad postmoderna implica una cierta caída de ideales, una exaltación de la libertad y del individualismo, una tendencia hacia la religiosidad «light» o difusa, un rechazo de lo institucional y normativo.

Todo ello conduce a una «religión por libre», hacia un rechazo de los ritos y ritmos establecidos y clásicos, que necesariamente repercute en la apreciación y participación en la propia celebración litúrgica.

–¿Cómo evitar caer en el ritualismo en las celebraciones?

–Dionisio Borobio: Es evidente que los hombres somos también «rito» y necesitamos de los ritos. Éstos son parte esencial de la celebración.

El problema no está en los ritos, sino en lo que los hombres hacemos de y con los ritos, en la actitud con que los celebramos, en la vida que por ellos expresamos y transmitimos –el misterio al que remiten, etc.–.

Los ritos nos son necesarios, pero también son «peligrosos» cuando los utilizamos mal, cuando invertimos su sentido, cuando los instrumentalizamos.

Y esto puede suceder y de hecho ocurre tanto en los sacerdotes como en los fieles. Sólo desde la fe, la sinceridad, la verdad, la interpelación y el compromiso que implica la acción ritual, puede evitarse el ritualismo.

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ZENIT Staff

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