Cómo la Virgen puede ayudar a superar la crisis

Lo explica el cardenal Maradiaga en Fátima 

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FÁTIMA, miércoles 13 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- El presidente de Caritas Internacionalis, el cardenal Óscar Maradiaga, destacó la vigencia del mensaje de Fátima en el actual momento de crisis. 

Lo hizo en la homilía que pronunció este miércoles en la Misa celebrada en el recinto del Santuario de Fátima al cumplirse 92 años de las apariciones de la Virgen en Cova de Iría, ante una veintena obispos, 360 sacerdotes y miles de peregrinos portugueses y de al menos otros 25 países. 

«Nuestro mundo se encuentra inmerso en profundas crisis de fe, de ética y de humanidad, y parece haber perdido la orientación moral -dijo, según informó la agencia portuguesa Ecclesia-. La crisis financiera que estamos viviendo es sólo un signo de ello». 

«La mano invisible que supuestamente tenía que guiar el mercado, se ha vuelto una mano deshonesta y llena de codicia», denunció. 

Y añadió que «ya no se sabe dónde está la frontera entre el bien y el mal». «Puede ser que haya una próspera bolsa de valores, pero sin valores», señaló. 

Contra la crisis, «María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, servicio, entrega y gratuidad» e «indica cuál es la pedagogía para que los pobres se sientan como en casa en cada comunidad cristiana», dijo el cardenal. 

También destacó la vigencia del mensaje del Santo Rosario que trajo la Virgen de Fátima, un mensaje «que no ha pasado de moda, como piensan algunos».  

Hoy, «con el ejemplo y el auxilio de la Virgen, las comunidades cristianas continúan la misión de conducir a un encuentro con Cristo y, por eso, la invocamos nuevamente como Estrella de la nueva evangelización», añadió. 

El cardenal concluyó la homilía pidiendo a la Virgen de Fátima que continúe siendo madre y modelo de fecundos discípulos misioneros «y que nos guíe por los nuevos caminos pastorales y espirituales», especialmente en este tiempo de dificultades. 

Ayer por la tarde, a pesar del frío, el Santuario de Fátima congregó a unas 200.000 personas en la procesión de las velas y la celebración de la Eucaristía, también presidida por el cardenal Maradiaga, a la que siguió una noche de vigilia hasta las 7 de la mañana. 

En la homilía de ayer, el purpurado afirmó que el amor «es la mejor medicina contra el egoísmo y la autosuficiencia». 

Y también ayer, en una rueda de prensa previa, el cardenal Maradiaga explicó que «la solidaridad es un valor especialmente necesario en estos tiempos». 

Sólo cuando «salimos de nosotros mismos y miramos a los demás podemos pensar en soluciones para la crisis», que «no se soluciona con la inyección de capital en el sistema financiero». 

«Somos conscientes de que sólo con el diálogo es posible evitar reducir la globalización a su aspecto económico -declaró el presidente de Caritas Internationalis-. Una globalización excluyente es un mal para la sociedad».

El cardenal defendió el diálogo con las instituciones financieras para acabar con la deuda externa, así como una nueva jerarquía de valores que ponga la economía al servicio del hombre y no lo contrario.  

Preguntado por las emergencias más urgentes del mundo, el cardenal Maradiaga destacó las situaciones vividas en Sri Lanka, Gaza, Zimbaue, y Haití y también se refirió a Cuba, «debido al embargo», donde, dijo, hay muchas dificultades para hacer llegar medicinas a la población. 

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ZENIT Staff

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