Cómo mejorar nuestra predicación sagrada

Columna del P. Antonio Rivero, L.C. Doctor y profesor de Teología y de Oratoria en el Seminario Mater Ecclesiae en São Paulo, Brasil

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Estamos explicando la forma de predicación al servicio del fondo de ideas. Hemos visto ya las técnicas de forma interna: concreción, desentrañamiento, visualización, dramatización y comparación. Ahora veremos las técnicas de forma externa, que son éstas: graficismo o estilo plástico y el ritmo o movimiento oratorio al expresar dichas ideas.

No olvidemos que la forma de expresar nuestras ideas es muy importante para que esas ideas se graben más fácilmente en la mente del oyente, y pueda seguir con atención y deleite el hilo del discurso o predicación, sin experimentar cansancio o aburrimiento.  

PRIMERO, EL GRAFICISMO O ESTILO PLÁSTICO

Da vigor y expresividad a la forma. Y esto se logra con palabras llenas de expresión vigorosa, chispeantes y llenas de colorido.

Se logra también sustituyendo una frase o palabra por otra más plástica y enérgica, a través de un verbo imagen, una metáfora, un juego de palabras, una antítesis, un contraste de palabras, con expresiones que llamen la atención, con un eslogan o una frase lapidaria, etc…, con las cuales salpico la sensibilidad y la imaginación de mis oyentes.

Una frase sin graficismo ni estilo plástico a nadie llama la atención, no penetra en la mente ni la sensibilidad del oyente, nos hace bostezar y mirar el reloj mil veces durante esa predicación. Por el contrario, con estilo plástico las frases inciden y se graban profundamente; dan ganas de escuchar a un predicador durante horas.

Ejemplo:

Idea sin graficismo: su vida fue un continuo dolor y sufrimiento. Idea con graficismo: su vida fue un perpetuo Viernes Santo. Idea sin graficismo: pasó su vida sirviendo a los enfermos en los hospitales.Idea con graficismo: quemó su vida entre las vendas y el suero de un hospital.

Idea sin graficismo: quiero sufrir mucho siempre.Idea con graficismo: quiero descansar en las llagas abiertas de Cristo.

Idea sin graficismo: unos predican mucho de Dios, pero no hacen oración.Idea con graficismo: sin oración, tu predicación de Dios tiene olor y sabor a biblioteca, pero a nadie convencerás porque no tienes en el rostro el reflejo de ese Dios. Idea sin graficismo: hay que tener caridad en casa y justicia con los demás.Idea con graficismo: la caridad empieza en nuestra casa y la justicia en la puerta inmediata.

SEGUNDO, EL RITMO Y TEMPERATURA ORATORIA

Recurso que afecta a lo más exterior del estilo, a la forma de expresar y decir algo, cambiando el orden de las palabras y el movimiento de las frases. Y se logra con interrogaciones, admiraciones, frases cortas, contrastes de las frases, supresión de conjunciones y partículas innecesarias, diversos tonos (ironía, nostalgia, despreocupación, tristeza, ansiedad, alegría…). Se trata de un estilo coloquial o conversacional, pero lleno de fuerza y vigor.

Pongamos un ejemplo de una frase sin ritmo: Cristo murió por nosotros desinteresadamente y nosotros no se lo agradecemos; es más, a veces le ofendemos.

Veamos varias formas de poner esa misma frase con ritmo oratorio:

–         Murió Cristo por nosotros ¡y desinteresadamente! Y nosotros, ¿se lo agradecemos? Encima le ofendemos.

–         Murió Cristo por nosotros. ¿Y qué interés se le seguía? Y nosotros, ¡ni se lo agradecemos! ¡Agradecerle…! Le ofendemos encima.

–         Por nosotros murió Cristo. ¡Y no se lo agradecemos! Desinteresadamente. ¡Y le ofendemos encima!

–         ¿No murió Cristo por nosotros? ¿No murió desinteresadamente? Y nosotros, ¿se lo agradecemos? O más bien, ¿le ofendemos?

¡Cómo cambiaría nuestra predicación si la salpicamos de ritmo y temperatura oratoria! Haz la prueba y verás. A mí me ha dado resultado, y ¡cuánto!

Cualquier duda o sugerencia, comuníquese, por favor, con el padre Antonio Rivero a este email: arivero@legionaries.org

Puedes leer la anterior columna aquí

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Antonio Rivero

El padre Antonio Rivero nació en Ávila (España) en 1956. Entró a la congregación de los Legionarios de Cristo en 1968 en Santander (España). Se ordenó de sacerdote en Roma en la Navidad de 1986. Es licenciado en Humanidades Clásicas en Salamanca, en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma y en Teología por la Universidad de santo Tomás también en Roma. Es doctor en Teología Espiritual por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) donde defendió su tesis el 16 abril del año 2013 sobre la dirección espiritual en san Juan de Ávila, obteniendo “Summa cum laude”. Realizó su ministerio sacerdotal como formador y profesor de Humanidades clásicas en el seminario en México y España. Fue vicario parroquial en la ciudad de Buenos Aires durante doce años. Durante diez años fue director espiritual y profesor de teología y oratoria en el Seminario María Mater Ecclesiae en são Paulo (Brasil), formando futuros sacerdotes diocesanos. Actualmente es profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y ayuda en el Centro Logos, en la formación de sacerdotes y seminaristas diocesanos. Ha dedicado y dedica también parte de su ministerio sacerdotal a los Medios de Comunicación Social. Ha publicado catorce libros: Jesucristo, Historia de la Iglesia, Los diez mandamientos, Breve catequesis y compendio de liturgia, El tesoro de la Eucaristía, El arte de la predicación sagrada, La Santísima Virgen, Creo en la Vida eterna, Curso de Biblia para laicos, Personajes de la Pasión, G.P.S (Guía Para Santidad, síntesis de espiritualidad católica), Comentario a la liturgia dominical ciclo A, Comentario a la liturgia dominical ciclo B, Comentario a la liturgia dominical ciclo C. Ha grabado más de 200 CDs de formación. Da conferencias en Estados Unidos sobre pastoral familiar, formación católica y juventud. Y finalmente imparte retiros y cursos de formación a religiosas, seminaristas y sacerdotes diocesanos en México, Centroamérica y donde le invitan.

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