Como un peregrino, el Papa recorre el camino del jubileo en Lourdes

Emocionantes momentos de oración en la gruta de las apariciones

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LOURDES, sábado, 13 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI llegó en la tarde de este sábado como peregrino para recorrer las etapas del «camino del Jubileo» en Lourdes.

Este camino, que en este año será recorrido por al menos un millón de peregrinos, al igual que la visita del Papa, recuerda los 150 años de las apariciones de la Virgen María a santa Bernadette Soubirous (1844-1879), en la localidad de los Pirineos franceses.

El camino, que recorre los lugares decisivos de la vida de Bernadette, constituye también un itinerario de la vida cristiana: comienza con el Bautismo y culmina con la Eucaristía, subrayando dimensiones como la oración y la atención a los pobres.

El Papa visitó la iglesia parroquial del Sagrado Corazón, donde se detuvo en un momento de adoración ante el Sacramento, y luego visitó la fuente bautismal, en la que fue bautizada Bernadette el 9 de enero de 1844.

A continuación el Papa se detuvo en oración en la antigua cárcel, donde vivía la familia Soubirous en tiempos de las apariciones de la Virgen. Bajo este techo la santa padeció hambre, fiebre, frío y el deshonor de una familia arruinada.

Hacia las 20.00, el Papa llegó a la Gruta en la que la Virgen se apareció a Bernadette en 18 ocasiones, del 11 de febrero al 16 de julio de 1858.

El Papa se recogió en oración, en silencio, después de haber bebido un vaso de agua del manantial de la gruta que le ofreció une joven vestida como Bernadette.

Como él mismo explicó a los periodistas en el vuelo que le llevaba a París el viernes pasado, «el día de la fiesta de santa Bernadette es también el día de mi nacimiento. Por este motivo, me siento muy cercano a esta pequeña santa, esta pequeña joven, pura, humilde, que habló con la Virgen».

«Encontrar esta realidad, esta presencia de la Virgen en nuestra época, ver las huellas de esta pequeña joven que era amiga de la Virgen y, por otra parte, encontrar a la Virgen, su madre, es por otra parte un acontecimiento muy importante para mí», confesó.

«Naturalmente no vamos para encontrar milagros. Yo voy a encontrar el amor de la Madre, que es la verdadera curación para todos los dolores y para ser solidario con todos los que sufren, en el amor de la Madre. Éste me parece un signo muy importante para nuestra época», afirmaba a los periodistas.

Después de 20 minutos de oración, el Papa dejó la gruta de Massabielle, bajo la la lluvia.

Tras cenar en la residencia de peregrinos donde trascurre estos días en Lourdes, el Papa se unión a la procesión de las antorchas que todos los días se celebra en este ciudad, en la gran explanada, donde pronunció un discurso.

En la mañana del domingo, el Papa presidirá en la Pradera de los Santuarios, la misa culminante de esta visita, en conmemoración del Jubileo de Lourdes.

El Papa concluirá el camino del Jubileo el lunes, con la visita del oratorio del hospital de Lourdes, cuarta y última etapa del itinerario que siguen los peregrinos.

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ZENIT Staff

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