Con el nuevo cardenal, Benedicto XVI ha honrado al pueblo irlandés

Declaraciones de Sean Brady, arzobispo de Armagh

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ROMA, domingo, 2 diciembre 2007 (ZENIT.org).- El nuevo cardenal Sean Baptist Brady considera que el birrete cardenalicio no es tanto un honor personal cuanto un signo de la estima del sucesor de Pedro por el pueblo de Irlanda y su dedicación a la fe y a la familia.

Así lo explicó el purpurado, arzobispo de Armagh, al ser creado cardenal el pasado 24 de noviembre en Roma.

«Fue una jornada llena de alegría, un día de muchas gracias y mucha felicidad –confiesa a Zenit–. Me siento de  verdad honrado de que el papa Benedicto XVI me haya creado cardenal. Espero que el pueblo irlandés vea en esto una expresión del especial afecto y deferencia que el Santo Padre tiene con él y con la Iglesia en Irlanda».

El purpurado, de 68 años, expresó su agradecimiento a las oraciones y felicitaciones que, dijo, «vienen literalmente de miles de personas, felices por la Iglesia y por Irlanda, en esta gozosa ocasión». Mencionó en especial las congratulaciones de las autoridades, incluidas las de la presidenta de Irlanda, Mary McAleese.

«Aprovecho esta oportunidad para pedir a la gente que rece para que el proceso de paz en Irlanda del Norte siga siendo fuente de orgullo e inspiración para los ‘hacedores de paz’ de todo el mundo», añadió.

El cardenal observó que los últimos años fueron difíciles, «a veces traumáticos», para la Iglesia en Irlanda.

«En medio de todos estos desafíos, sin embargo, la grandísima mayoría de los sacerdotes y religiosos siguió sirviendo a su propio pueblo, con humilde paciencia, silenciosa devoción y gran generosidad».

«Por ello, considero que el evento tiene que ver en, cierto modo, con ellos –explica el arzobispo de Armagh–. Hace referencia a los actos silenciosos de cortesía, a la presencia de apoyo y de oración en los momentos marcados por la tragedia y por el desastre, a los esfuerzos por construir la comunidad y llevar dignidad, consuelo y esperanza a los necesitados».

«Ser creado cardenal quiere decir reformar los lazos de afecto y de unidad entre la Sede de Pedro y la Iglesia en Irlanda –subraya–. No dudo por tanto en decir a los fieles laicos irlandeses: ¡Ánimo! Hoy es el día del reconocimiento de vuestra bondad y vuestra fidelidad».

«Llegar a ser cardenal no es sólo un honor sino también una responsabilidad –añade–. Implica la voluntad de ayudar al Papa a desarrollar las tareas que le fueron confiadas de cuidar al rebaño, reforzándolo en la fe, recuperando a cuantos se perdieron, y guiándolos al banquete de la vida eterna».

«Creo que el Santo Padre quiere que todos nosotros lo ayudemos a proclamar la buena noticia de que Dios es amor», concluyó el cardenal.

Por Carrie Gress, traducción de Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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