Con el Papa, un joven sin piernas ni brazos de Sri Lanka

Tras un accidente ferroviario, ha podido recibir prótesis gracias a campañas de solidaridad

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CASTEL GANDOLFO, miércoles 19 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Rajiv Janine, un joven de 18 años de Sri Lanka, ha visto realizado su sueño de conversar con el Papa. Un accidente ferroviario le provocó la amputación de piernas y brazos.

Gracias a una campaña de solidaridad promovida en Italia, ha podido recibir el dinero necesario para las prótesis. Y este miércoles, al final de la audiencia general, celebrada en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, finalmente ha podido saludar a Benedicto XVI.

El joven ha contado al Papa su historia, pidiendo una bendición no sólo para él, sino también para su hermano, que pronto será ordenado sacerdote, y para su hermana, religiosa en Filipinas. Le acompañaba su hermana mayor, que le asiste continuamente.

Según ha revelado «L’Osservtatore Romano», el motor de esta operación de solidaridad es el sacerdote italiano Giuseppe Iasso, párroco en Mercogliano (Irpinia), quien desde hace 25 años, según le dijo al Papa al presentarle a Rajiv, promueve iniciativas de solidaridad a favor de los necesitados de Sri Lanka.

«Hemos realizado dos aldeas, avanzadillas del diálogo interreligioso con los budistas, hindúes, musulmanes, escuelas, adopciones a distancia, ambulatorios y ambulancias, siempre en sintonía con las autoridades civiles y religiosas», explica el padre Iasso en las páginas del diario vaticano.

«Son proyectos concretos, concordados con quien tiene necesidad, no es beneficencia con fin en sí misma. Todo esto es posible gracias a la generosidad de los italianos que ha alcanzado niveles excepcionales tras la tragedia del tsunami que flageló Sri Lanka en diciembre de 2004», aclara.

El dinero para las prótesis de Rajiv, dice el sacerdote, se ha recogido «enviando cartas y tocando a las puertas de los párrocos y las familias. Al final, han llegado 40 mil euros. Muchos niños han vaciado sus huchas y una anciana, en silla de ruedas, nos entregó ahorros de una vida».

Tras el éxito de su campaña de solidaridad, el padre Iasso escribió al Papa para contar lo que le ha sucedido a Rajiv.

«Le abrí al Papa mi corazón de sacerdote –revela– y Benedicto XVI ha querido recibir personalmente a este muchacho para alentarle. El testimonio de Rajiv, con su serenidad a pesar del dolor y la discapacidad, es para todos los que sufren una invitación a no desalentarse y a no perder nunca la esperanza».

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ZENIT Staff

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