Congo-Brazaville: «El país corre el riesgo de una catástrofe humanitaria»

Alarma del obispo de Kinkala, monseñor Louis Portella

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ROMA, 23 mayo 2002 (ZENIT.org).- «Desde hace dos meses, la región de Pool está estremecida por una violencia que golpea sobre todo a los más débiles» revela el obispo de Kinkala (a unos 60 kilómetros al oeste de Brazaville), monseñor Louis Portella, comenta en un documento enviado a la agencia misionera Misna.

Toda el área de Pool (tierra adentro de Brazaville) es desde hace semanas teatro de violentos enfrentamientos entre los rebeldes «ninja», las milicias ligadas al ex primer ministro Bernard Kolelas, y las tropas gubernamentales.

«Pido a la comunidad congoleña –dice el obispo–, a la internacional y a todos aquellos que aman este país que hagan cesar la violencia cuanto antes».

Refiriéndose luego al riesgo de que se perfile un desastre humanitario de grandes proporciones (peligro ya puesto de relieve en días pasados por algunas agencias de la ONU que actúan sobre el territorio), monseñor Portella subraya que «las actuales operaciones militares están produciendo un efecto diferente del que pretendían».

«Deberían golpear a los rebeldes y en cambio están agravando aún más la situación de una población ya extremadamente pobre. A causa de los bombardeos, muchísimos han visto sus propias cosechas destruidas», explica.

La situación se ha exasperado también por la presencia de los militares que impiden a los convoyes humanitarios llevar socorros. El Gobierno congoleño ha prohibido, por razones de seguridad, a las organizaciones internacionales llegar a la zona, donde, como han confirmado fuentes de Misna, las fuerzas armadas siguen manteniendo las propias posiciones en espera de los rebeldes.

Según las primeras estimaciones, son al menos 40.000 los desplazados que han abandonado Pool y se han trasladado a regiones vecinas.

«En Pool se ha producido un verdadero éxodo –denuncia monseñor Portella–, son muchísimos los jóvenes obligados a encontrar refugio en el bosque».

Los «ninja» estarían compuestos en gran parte por jóvenes, un detalle que ha llevado a la policía a aumentar los controles entre la población juvenil del país.

Las mismas fuentes informan además de que el conflicto se estaría extendiendo a zonas que hasta ahora habían permanecido fuera de los combates. En los últimos días, han llegado a la capital los primeros prófugos provenientes de localidades como Madzia, Majunbu, Yokama y Reneville, que hasta ahora eran consideradas seguras.

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ZENIT Staff

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