Congreso en Roma: «El futuro de la Iglesia se decide en la Pastoral Juvenil»

Intervención de monseñor Rylko en el congreso internacional de las JMJ

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CIUDAD DEL VATICANO, 13 abril 2003 (ZENIT.org).-
«Formación permanente de los agentes de pastoral y programas creativos»: son las necesidades más urgentes de la Iglesia de hoy en el ámbito de la pastoral juvenil, según el secretario del Consejo Pontificio para los Laicos.

Monseñor Stanislaw Rylko intervino este viernes con esas palabras en el congreso internacional sobre las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que se celebró en Roma, promovido por el citado organismo vaticano, para reflexionar sobre la Jornada de Toronto –julio de 2002– y preparar la próxima JMJ de Colonia, en 2005.

En el encuentro celebrado en Roma, que concluyó el Domingo de Ramos, participaron 230 responsables de la pastoral juvenil de 80 países del mundo y cerca de 50 movimientos, asociaciones y comunidades.

«Gracias a las JMJ ha crecido una nueva generación de jóvenes, la llamada “generación de Juan Pablo II”, que necesita nuevos formadores», advirtió el arzobispo polaco.

El prelado subrayó que la pastoral juvenil «no consiente pausas en el testimonio de Cristo». «Quien trabaja con jóvenes sabe bien lo fácil que es desilusionarles y lo poco que se necesita para perderles», recalcó.

Por ello, las JMJ «interpelan a los agentes de pastoral no tanto en el “hacer” como en el “ser”. Tal vez se necesitarían menos congresos y más retiros de oración para proporcionar a nuestros jóvenes consistencia espiritual», sugirió.

En este contexto, la formación de los agentes de pastoral es «estratégica y la pastoral juvenil es el campo en el que se decide el futuro de la Iglesia», según monseñor Rylko.

Por ello, requirió a los formadores una capacidad creativa, «dado que la rutina es enemiga de la pastoral».

El secretario del Consejo Pontificio para los Laicos indicó además que la elaboración de un programa pastoral con vistas a las JMJ de Colonia –que tendrá por lema «Hemos venido a adorarle» (Mateo 2, 2)– debe tener en cuenta «la primacía de la gracia, porque evangelización y pastoral son obra de la gracia, y la primacía de la santidad, cuya búsqueda es prioritaria también en la pastoral juvenil».

Finalmente añadió que el programa debe contemplar también «la primacía de la vida sacramental –redescubrir la Eucaristía y la Reconciliación– y la primacía de la espiritualidad de comunión –no antagonismo, sino colaboración y repartición entre las realidades eclesiales–».

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ZENIT Staff

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