Conmoción en la archidiócesis india de Goa por el asesinato de un párroco

El padre Eusebio Ferrão tenía 61 años

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PANAJI, martes, 21 marzo 2006 (ZENIT.org).- «Profundo dolor y angustia» ha expresado la archidiócesis india de Goa y Damão por el «asesinato a sangre fría» de su sacerdote diocesano Eusebio Ferrão.

La Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) lanzaba el sábado, desde su web, una alerta de tres líneas informando del hallazgo del cuerpo sin vida del sacerdote de 61 años en su dormitorio.

El arzobispo de Goa –monseñor Filipe Neri António Sebastião do Rosário Ferrão— y el vicario general –el padre Jose Remedios Fernandes— se trasladaron apresuradamente al lugar del suceso.

«Estamos profundamente doloridos y angustiados por el asesinato a sangre fía de nuestro sacerdote diocesano Fr. Eusebio Ferrão», anunció al día siguiente un comunicado de la archidiócesis.

«Fue hallado muerto en su residencia parroquial el día 18, por la mañana, cuando los fieles fueron a Misa», puntualizó.

«Condenamos este grave acto de cobardía en nuestro sacerdote y hacemos un llamamiento a las autoridades pertinentes para que adopten medidas urgentes y coordinadas para detener a los culpables lo antes posible», se reclamó en el comunicado.

El sacerdote asesinado había desarrollado su labor en las parroquias de Piedade-Divar, Ambelim-Assolna, Carambolim y Agacaim.

Era miembro de la Comisión diocesana de liturgia y párroco de la parroquia de San Francisco Javier, en Macazana –zona meridional del pequeño Estado costero sudoccidental–, donde atendía a más de tres mil fieles hasta su muerte.

La comunidad parroquial y toda la comunidad católica del Estado de Goa está profundamente conmocionada por el crimen. Fueron los propios fieles quienes, al ver que no llegaba el sacerdote a celebrar la Eucaristía, acudieron a su residencia a las 6.30 horas del sábado y le encontraron muerto en su habitación, apunta la CBCI.

El sacerdote era conocido por su mansedumbre y por su caridad con los necesitados.

Se presume que el padre Ferrão murió sofocado con una almohada y una toalla la noche del 17 al 18, según datos que difundió la CBCI el lunes. La policía investiga el caso.

Aparentemente dos hombres que decían proceder el norte del país llegaron a la iglesia aquella noche buscando un lugar donde pernoctar. Compadecido, el sacerdote les ofreció de cenar y se quedaron para pasar la noche. Las fuerzas de seguridad buscan ahora a estas personas.

Goa, conocido como un Estado pacífico, ha sido escenario últimamente de perturbaciones de naturaleza sectaria.

Se ha hecho un objetivo de las capillas católicas y de las cruces. Al inicio de esta semana se halló partida una cruz en Margao, la segunda mayor ciudad de Goa; y se encontró la sotana de un sacerdote colgando del enrejado de un jardín del lugar. En ambos casos, las pistas policiales condujeron al mismo punto del que se presume que huyeron los responsables.

Igualmente muchas capillas de Goa han sufrido robos y la desaparición de imágenes antiguas.

En su edición del 20-21 de marzo, en portada, el diario de la Santa Sede «L’Osservatore Romano» no ha dudado en recoger el suceso, lamentando: «Otro sacerdote más asesinado».

Aún se barajan hipótesis sobre este crimen, pero las páginas del citado diario publican que algunos parroquianos han señalado el compromiso del sacerdote por la paz. Y es que el padre Ferrão acostumbraba condenar la violencia interreligiosa que sucede en la región en un diario local.

El dicasterio misionero, a través de su órgano informativo «Fides», y la emisora pontificia se hicieron eco igualmente el lunes del asesinato del sacerdote católico.

A Goa llegó en 1542 San Francisco Javier (1506-1552), empezando su aventura evangelizadora en extremo Oriente.

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ZENIT Staff

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