Consagrados y consagradas, manifestación del amor de Dios; según el Papa

Celebra la Jornada mundial de la Vida Consagrada

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CIUDAD DEL VATICANO, 2 febrero 2003 (ZENIT.org).- Los hombres y mujeres consagrados a Dios en la pobreza, castidad y obediencia, son con su fidelidad de vida manifestación del amor de Dios al mundo, aseguró este sábado Juan Pablo II al celebrar la Jornada mundial de la Vida Consagrada.

El Santo Padre trazó los rasgos fundamentales que deben caracterizar a los religiosos, religiosas y laicos consagrados al pronunciar la homilía de la misa celebrada con este motivo en una Basílica de San Pedro del Vaticano llena de hábitos de miembros de las diferentes familias religiosas que llenaban el templo más grande de la cristiandad.

«Pobreza, castidad y obediencia son caracteres distintivos del hombre redimido, interiormente liberado de la esclavitud del egoísmo», aseguró.

«Libres para amar, libres para servir: así son los hombres y mujeres que renuncian a sí mismos por el Reino de los cielos –explicó–. Siguiendo las huellas de Cristo, crucificado y resucitado, viven esta libertad como solidaridad, cargando con los pesos espirituales y materiales de los hermanos».

Este es el sentido, añadió, del «servicio de caridad» que los consagrados y consagradas ofrecen «en la clausura y en los hospitales, en las parroquias y en las escuelas, entre los pobres y emigrantes, en los nuevos areópagos de la misión».

Con su vida, concluyó, «la vida consagrada es epifanía [manifestación] del amor de Dios en el mundo».

La Jornada Mundial de la Vida Consagrada se celebra en la fiesta de de la Presentación de Jesús en el Templo, 2 de febrero. La misa en la que participó el Papa fue celebrada por el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Tras la homilía, Juan Pablo II guió la oración de acción de gracias por el don de la vida consagrada y los religiosos y religiosas presentes renovaron su compromiso de ser fieles «a Jesús en la misión».

Según el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica, a finales del año 2000, había en el mundo 139.397 sacerdotes religiosos, 518 diáconos religiosos, 55.057 religiosos no sacerdotes, 801.185 religiosas profesas, 719 varones no sacerdotes pertenecientes a Institutos Seculares, y 29.968 mujeres pertenecientes a Institutos Seculares.

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ZENIT Staff

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